Finalizada la temporada, se abre un tiempo de reflexión, de análisis, de altas y bajas, de planificación para el próximo curso. Los focos se trasladan del césped a los despachos y se habla de posibles fichajes, de contratos, de cláusulas… Una firma promete sueños, pero puede brindar auténticas pesadillas, porque los contratos los carga el diablo. Si no, que se lo pregunten a Iban Zubiaurre Urrutia (Mendaro, 22 de enero de 1983).
El origen de algunos términos utilizados en la fútbolsfera da para contar curiosas historias. Ya lo vimos hace tiempo con el de la chilena, o chorera, y hoy lo vamos a ver con el de volante.
Es habitual leer y escuchar en las secciones deportivas de los medios, referencias a Martín Zubimendi como “el volante donostiarra” o “el volante de la Real Sociedad”. Todos sabemos que lo hacen por su posición en el campo. Martín es un centrocampista que juega delante de la zona de contención, clave para armar la columna vertebral del equipo de Imanol; para mantener la posesión del balón, ofreciendo siempre soluciones a los defensas y al portero para superar la presión del contrario en la salida; jugador por quien pasa la ocupación de espacios defensivos, pero también buena parte del peso en la creación del juego; atento siempre al robo y recuperación de balones para luego salir conduciendo, dando al equipo equilibrio entre la defensa y el ataque. Un futbolista de mucho talento, tácticamente sobresaliente, un peón de brega que, con garra y gran capacidad de trabajo, despliega su juego por todo el campo. En fin, cualidades que reúne un buen volante de contención o de recuperación, que dicen los que saben.
Mapa de calor de Martín Zubimendi
Pero, por qué decimos volante. ¿Tiene algo que ver con la capacidad de estos centrocampistas para conducir al equipo? ¿Tendrá que ver con su posición táctica en el terreno de juego?
Nunca la Real debe dejar de ser el mejor equipo de fútbol del mundo. Aunque nadie lo sepa. Aunque nadie lo note (Elías Querejeta, El espíritu de Atocha)
En la presentación de este blog, recordaba que en 1880, en Londres, Rudyard Kipling se burló del fútbol y de “las almas pequeñas que pueden ser saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan”. Ochenta años después, la Real seguía dando pruebas de que se puede amar el fútbol y los colores de un equipo sin descuidar el alma.
En 1914 soplaban vientos de guerra. Tan es así que en verano estalló la Gran Guerra, la Primera Guerra Mundial. Unos meses antes había estallado la guerra en el fútbol guipuzcoano y la Real tuvo que dedicarse a jugar partidos amistosos.
Lartaun de Azumendi ha publicado un hilo en X, compartiendo el resultado del reto que se planteó para tratar de conocer cuál era el número mínimo de futbolistas que pudieran explicar la historia del Athletic, temporada a temporada, sin dejar una sola campaña sin cubrir, incluidos los años de la Guerra Civil (1936-1939). En un principio le salieron 12, número que ha reducido a 10.
Me pareció una tarea sugerente y, después de actualizar la base de datos de los jugadores de la Real Sociedad, he hecho el mismo ejercicio con los 805 futbolistas que han vestido la camiseta txuriurdin. Me sale un once para la historia del club que la explica desde que empezó a competir en 1908/09 hasta hoy, temporada a temporada, sin dejar una sola campaña por cubrir.
“¿Me lo han contado como asistencia esta vez? Porque la semana pasada me fumaron una…”. Preguntaba Kubo al micro de @l_Molina en DAZN. Y, a su manera, tenía razón el bueno de Take. Cuando los méritos deportivos no son reconocidos, se esfuman. Esto le ocurrió al San Sebastián Recreation Club, precedente de la Real Sociedad, en el Campeonato de España, conocido posteriormente como Copa del Rey, en 1905.
“Cuando hay navarros, a la Real le va bien”, ha dicho Diego Carasusán, presidente de la Peña Real Sociedad de Tudela, comentando la marcha del equipo. Impresión que el Diario de Navarra había expresado antes de manera similar: “Más navarros, mejor Real Sociedad”.
Con Mikel Merino, Álex Remiro y Jon Pacheco en el campo y la reciente aportación de Nacho Monreal y el ansoaindarra Gaizka Ayesa, portero suplente de la final de Copa, no creo que haya ningún realzale que lo ponga en duda. Pero este maridaje no es de hoy, porque, como vamos a ver, se remonta hasta los años veinte del siglo pasado.
Buscando información de jugadores de la Real Sociedad en las bases de datos publicadas, me he encontrado con espacios en blanco, ausencias, discordancias… incluso errores.
He actualizado y depurado la información de los más de 800 jugadores que desde 1909 hasta hoy han contribuido, en mayor o menor medida, a forjar la historia de la Real Sociedad.
Partiendo de los datos que aporta el propio club, he recurrido a fuentes como Atotxa.org, BDFutbol, Transfermarket, BeSoccer, FootballDatabase, Worldfootball y otras; blogs particulares, RFEF, UEFA, páginas de otros equipos y prensa deportiva; obras como Txuri Urdin. Historia de la Real Sociedad de Fútbol, de José María Echániz y José María Ferrer; Historia del Fútbol Vasco. Real Sociedad, de Joseba Iturria; e Historia en blanco y azul. Real Sociedad, de Tito Irazusta; y hasta al Archivo Diocesano para extraer datos de las partidas de nacimiento.
El resultado es BDRealSociedad, base en la que se consignan los datos personales completos, en el 92%, de los 805 jugadores: nombre, apellidos, apodo o nombre deportivo, posición en el campo, lugar y fecha de nacimiento; y deportivos completos: equipo de procedencia, temporadas en el club, principio y final, partidos oficiales vistiendo la camiseta del equipo, goles marcados y coeficiente goleador de los delanteros.
El 3 de octubre de 1979, Atotxa vivió una de sus noches mágicas. Emoción, buen juego, intensidad… y dos goles que dieron la victoria a la Real, en un partido épico contra el Inter.
Más de dieciocho mil aficionados llenaron Atotxa, dispuestos a animar al equipo en su intento de dar la vuelta al marcador adverso que se traía del partido de ida disputado en San Siro. Y muy cerca se estuvo.