Los medios destacan habitualmente la falta de gol como fuente de los males que aquejan a la Real Sociedad. Se trataría de un problema que venimos arrastrando desde hace un tiempo y que se ha hecho carne esta temporada 2024-25, dejándonos lejos de los puestos que dan acceso a las competiciones europeas. Hasta Sergio Francisco ha situado esta falta de gol como un tema central, en el que está trabajando con su staff de cara al próximo curso. Creo que es algo que se percibe con carácter general.
Pero los números no entienden de percepciones y nos dicen que igual esta sensación está ocultando un problema mayor.
Jorge Eliécer Amaya dice que “la regla del fuera de juego es la de mayor sutileza del fútbol; con toda seguridad podemos afirmar que, de su existencia y forma, han dependido prácticamente todas las variaciones de la táctica y estrategia del juego”.
La sutileza ha llegado a tal punto, que todas las jornadas vemos cómo se detiene el juego para tirar líneas y hacer mediciones milimétricas, no exentas de polémica; lo que nos está llevando al absurdo, en su acepción más primaria, de hacer algo que no tiene sentido.
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El fútbol fue concebido como un juego de ataque en el que todos los jugadores hacían la guerra por su cuenta para conseguir el gol, objetivo motor del juego. Pronto se empezó a tomar conciencia de que era necesaria alguna regulación para evitar la concentración de delanteros ante la portería contraria.
Con este propósito se adoptó la regla del offside o fuera de juego, fuera de lugar o posición adelantada, que existe desde que se pusieron en vigor las Reglas de Cambridge en 1848, las primeras consensuadas del football association, que así se llamaba el fútbol entonces. Efectivamente, la regla trataba de evitar que los múltiples delanteros se situaran detrás de los pocos defensores y que el juego quedara concentrado en los dos extremos del terreno de juego.
Tiempo de lectura: 4minutos1928. Trino, Arrillaga, Cholín, Luis Pradera (Presidente), Martín Marculeta, Kiriki, Izaguirre, Paco Bienzobas, Ignacio Otaño (Directivo). Agachados: Amadeo, Mariscal, Yurrita y Txomin Zaldúa.
El Barcelona había ganado a la Real Sociedad 4 a 1 en el campo de Les Corts, de la ciudad condal, y así titulaba la crónica del partido El Mundo Deportivo, dos días después, el 14 de febrero de 1929. Hace casi cien años, ¡un siglo!: “Un gran equipo… sin alma”.
De un tiempo a esta parte, este gran equipo nos está dando una de cal (Valencia, Girona, Sevilla, Barcelona, Ajax o Betis) y otra de arena (Rayo, Alavés, Niza, Anderlecht, Osasuna o Celta); y, cuando toca la de arena, el alma vuelve a aparecer en los titulares de los medios: “La Real gana un partido sin alma en Belgrado” (El País), ¡sin alma!, incluso ganando, o “Una Real sin alma cae en San Mamés” (Cadena SER).
Con motivo de la celebración del gol 100 de Mikel Oyarzabal, la Real Sociedad ha publicado el Top 10 de los goleadores de la historia del club.
Como todos sabemos, lo encabeza Jesús Mari Satrústegui; pero, podemos y debemos discrepar de los datos que ofrece: 162 goles, en los 374 partidos que registra su base de datos.
Porque Satrus jugó uno más, 375, en los que superó el registro oficial por dos goles, marcando 164.
Habrá quien diga: qué más da, dos más, que dos menos. Mikel Oyarzabal sabe lo que le ha costado llegar a los 100 y lo difícil que es meter uno. Como para que ahora le digan que todavía le faltan dos.
Los números son crueles, fríos. No entienden de metáforas y sentimientos; y cuando no salen, surgen las dudas y hasta las condenas.
Tras la séptima jornada, los más impacientes ya están colgando de la soga a Imanol y a Olabe. Incluso acabo de leer que Oyarzabal ni está, ni se le espera.
Tiempo de lectura: < 1minutoReal Sociedad. Temporada 2023-24
Dos jugadores fundamentales en las alineaciones de la Real ya no saldrán en la foto esta temporada. Son bajas muy importantes. Sin embargo, el club ha incorporado a la plantilla cinco nuevos valores para reforzar el equipo.
Cerrado el mercado de verano, este es el primer balance de altas y bajas para la temporada 2024-25. Económicamente, el saldo es positivo. Vamos a ver si deportivamente también.
Para entender el fútbol, no bastan los límites del terreno de juego y sus normas. La rivalidad es un componente esencial, que contribuye a generar una saludable dinámica deportiva, aunque a menudo se vea mezclada con otras de tipo político, nacional o regional.
Quienes queremos a la Real Sociedad estamos preocupados por la falta de gol del equipo, que nos está haciendo perder opciones de repetir competición europea la próxima temporada.