Tiempo de lectura: 3minutosGaldos, Amadeo, Martín Marculeta, Izaguirre, Ilundain y Trino; agachados: Kiriki, Mariscal, Cholín, Paco Bienzobas y Yurrita (Atotxa, 10-02-1929)
Tras muchos dimes y diretes, el 10 de febrero de 1929 nacía la Liga. Los aficionados de la Real Sociedad se las prometían muy felices y no era para menos.
El comportamiento del equipo en las competiciones del año anterior permitía poner el listón muy alto. La manifiesta superioridad mostrada por la Real Sociedad en el Torneo de Campeones, clasificada en segundo lugar con dos partidos menos que el Barcelona; el subcampeonato de Copa en la triple final de las odas; y el Campeonato Regional de Guipúzcoa, permitían soñar con la posibilidad de alcanzar metas ambiciosas.
Para los txuriurdinak, Atotxa y Mujika son nombres que evocan, por sí solos, pasión. Pasión por el fútbol, por unos colores, por un equipo, la Real Sociedad. Atotxako futbol zelaia fue el campo en el que desde 1913 hasta 1993, los donostiarras vivieron ochenta años de alegrías y tristezas; Mujika Taldea, con permiso de Bultzada Txuriurdina, la peña con mayor solera de la historia de la Real.
Sin embargo, no es habitual preguntarse por el origen de esos nombres que tanto nos dicen. Qué hay detrás de ellos. Yo lo he hecho y hoy comparto el resultado.
Tiempo de lectura: 4minutos1928. Trino, Arrillaga, Cholín, Luis Pradera (Presidente), Martín Marculeta, Kiriki, Izaguirre, Paco Bienzobas, Ignacio Otaño (Directivo). Agachados: Amadeo, Mariscal, Yurrita y Txomin Zaldúa.
El Barcelona había ganado a la Real Sociedad 4 a 1 en el campo de Les Corts, de la ciudad condal, y así titulaba la crónica del partido El Mundo Deportivo, dos días después, el 14 de febrero de 1929. Hace casi cien años, ¡un siglo!: “Un gran equipo… sin alma”.
De un tiempo a esta parte, este gran equipo nos está dando una de cal (Valencia, Girona, Sevilla, Barcelona, Ajax o Betis) y otra de arena (Rayo, Alavés, Niza, Anderlecht, Osasuna o Celta); y, cuando toca la de arena, el alma vuelve a aparecer en los titulares de los medios: “La Real gana un partido sin alma en Belgrado” (El País), ¡sin alma!, incluso ganando, o “Una Real sin alma cae en San Mamés” (Cadena SER).
Con motivo de la celebración del gol 100 de Mikel Oyarzabal, la Real Sociedad ha publicado el Top 10 de los goleadores de la historia del club.
Como todos sabemos, lo encabeza Jesús Mari Satrústegui; pero, podemos y debemos discrepar de los datos que ofrece: 162 goles, en los 374 partidos que registra su base de datos.
Porque Satrus jugó uno más, 375, en los que superó el registro oficial por dos goles, marcando 164.
Habrá quien diga: qué más da, dos más, que dos menos. Mikel Oyarzabal sabe lo que le ha costado llegar a los 100 y lo difícil que es meter uno. Como para que ahora le digan que todavía le faltan dos.
El centrocampista antxotarra Amadeo Labarta fue ejemplo de lealtad y dedicación a la Real Sociedad. Lo que ahora se ha dado en llamar un one club man. En 1952, con 257 partidos a sus espaldas, en diez temporadas, siendo tres veces internacional y, otras tres, campeón de Gipuzkoa, el club le dio cobijo en Atotxa, como cuidador, jardinero y conserje. Amadeo vivía con su familia en un pequeño piso encima de las taquillas del campo.
Con motivo del partido del Centenario de la Real Sociedad, que el equipo iba a disputar contra el Real Madrid en Anoeta, Iñaki Izquierdo entrevistó en El Diario Vasco (15-08-2009) al mítico Alfredo Di Stéfano, entonces presidente de honor del equipo blanco y Tambor de Oro donostiarra.
Al pedirle si recordaba alguna anécdota de sus enfrentamientos con la Real, la saeta rubia le respondió rápidamente, después de pensarlo un segundo: “La Real Sociedad… era un equipo bronco, difícil. Jugábamos en el otro campo, en Atotxa. Lo que más recuerdo, el más importante en su táctica, era el mayordomo, el hombre que cuidaba el campo. ¿Cómo se llamaba? ¡El tuerto! (se refería a Amadeo Labarta, que había perdido un ojo en la Guerra Civil). Era el mejor, ¡cómo regaba el campo! Inundaba el césped en las partes que pensaba que más nos podía perjudicar a nosotros, en el centro, por las bandas, para que nosotros nos quedásemos varados”.
Es sorprendente el juego que puede dar la historia, en este caso de la Real Sociedad. Hoy os propongo un paseo por Donosti, recorriendo las nueve sedes desde las que el club ha dirigido el rumbo txuriurdin.
Como no hay mejor manera de empezar que por el principio, vamos a remontarnos hasta comienzos del siglo pasado, iniciando el recorrido en la esquina de la Avenida de la Libertad con el Paseo de los Fueros.
Tiempo de lectura: 3minutosJuantegui, Urbina, Matías, Olaizola, Yurrita, Trino, Eizaguirre. Sentados: Galatas, Beguiristain, Benito Díaz y Galdós
Ante el Valencia, la Real ha recuperado la senda del gol y lo ha hecho por partida triple. La historia, que a veces es caprichosa, nos cuenta que hace casi casi cien años, el equipo de la ciudad del Turia encajó otros tres, aunque en dos partidos.
Tiempo de lectura: 6minutosTemporada 1943-44. Patri, Tellería, Galarraga, Mancisidor, Santi, Fernando Terán I; agachados: Ontoria, Pedrín, Arbiza, Mariano Terán II y Pérez (Atotxa 10-10-1943, Real Sociedad, 1; Barcelona, 1)
Marcial Arbiza es un perfecto desconocido, incluso para la familia txuriurdin. Nació en Urnieta el 8 de julio de 1914 y empezó a romper alpargatas en el Colegio de San Bernardo-La Salle de Donosti, entre un puñado de chavales que, en unos años, serían buenos futbolistas: Ignacio Goyeneche, que jugó en la Real (1932-35) y el Valencia (1943-45); Peña Iriarte ‘Peñita’, en la Real (1931-33) y Atlético de Madrid (1934-36); y Félix Daguerresar, en la Real (1935-40).