Cuatro al Benfica y por partida doble

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S. L. Benfica, 1914

En 1914 soplaban vientos de guerra. Tan es así que en verano estalló la Gran Guerra, la Primera Guerra Mundial. Unos meses antes había estallado la guerra en el fútbol guipuzcoano y la Real tuvo que dedicarse a jugar partidos amistosos.

Fue el 18 de enero de 1914. Después de dos aplazamientos, el Racing Club de Irun llegaba a Atotxa para disputar la séptima jornada del Campeonato Regional Norte. La rivalidad que mantenían los dos equipos guipuzcoanos había despertado gran expectación. “El entusiasmo que reinaba era indescriptible, los ánimos estaban muy excitados” –comenta El Pueblo Vasco–, cuando a las tres y media comenzaba el partido. (enlace con la página 4 de El Pueblo Vasco del 19-1-1914)

Tras marcar la Real el 2-1, el Racing recurre al juego sucio, que el árbitro, Mario Arana, no es capaz de cortar. El portero donostiarra, Eizaguirre, es agredido en dos ocasiones y tiene que retirarse a la enfermería al comenzar a sangrar abundantemente. La Real queda con diez jugadores [entonces no había suplentes], teniendo que jugar Sydler de portero y posteriormente Echart. El Racing impuso su superioridad y se fueron al descanso con un 2-4 a su favor, entre las protestas de los aficionados donostiarras y los ánimos muy caldeados.

Ya en el segundo tiempo, tras el quinto gol del Racing y una nueva y dura entrada al jugador de la Real Elosegui, cuando se escapaba, parte del público invadió el campo y el árbitro se retiró en medio de una gran pitada, acompañado por la fuerza pública. El partido se suspendió a falta de veinte minutos para cumplir el tiempo reglamentario. Aunque debería haberse repetido, según disponía el reglamento vigente, la Real se negó a competir más con el Racing hasta que no se disculpara formalmente por su actitud. Negándose los irundarras a hacerlo, elevó una protesta a la Federación Norte que fue considerada “infundada”, por lo que el club donostiarra decidió retirarse del campeonato.

Fuera del campeonato, la Real se dispuso a organizar partidos amistosos lo que motivó la protesta, en este caso, de los dos conjuntos irundarras que seguían en competición, Racing y Sporting, y la Federación prohibió la asistencia de público a los partidos amistosos que coincidieran con encuentros oficiales. Pero la Real no aceptó el acuerdo federativo y anunció públicamente su disposición a abandonar la Federación Norte y a reclamar indemnizaciones por vía judicial.

En medio de esta guerra provincial, llegó el Benfica a Donosti para jugar dos partidos amistosos, los días 29 y 31 de diciembre de 1914. El Pueblo Vasco, La Voz de Guipúzcoa y El Correo del Norte, comienzan sus crónicas haciendo referencia al mal tiempo y al estado del campo. “Tuvimos la suerte de ver el partido jugado ayer tarde sin lluvia y hasta con algo de sol, cosa que nadie seguramente esperaría después de la mañana que hizo y del enorme chaparrón que cayó á la hora de comenzar el partido, que sin duda alguna retrajo á bastantes aficionados”, escribe el cronista del primero. Sin embargo, sostienen que “el “match” fué muy interesante y abundaron las jugadas bonitas, á pesar de lo imposible que estaba el campo”.

La Real saltó al terreno de juego con cuatro bajas sensibles de su equipo titular, el portero Eizaguirre y tres delanteros: Barrena, Gregorio Sena y Zabala; sin embargo “tuvo una buena tarde a pesar de faltarle [tan] buenos elementos. En la portería, “Anechino (á quien nunca se le agradecerá bastante el sustituir á Eizaguirre después de dos años de ausencia del goal), tuvo una tarde afortunadísima y eso que el comienzo no pudo ser peor. Sereno, oportuno en sus salidas, y seguro en las paradas, fué ovacionado repetidamente; sobre todo [tras] un shoot raso á dos metros que paró tirándose á los pies del contrario”.

“Arzac y Arrate hicieron una magnífica defensa, distinguiéndose el inmenso Mariano que no tiene rival á nuestro juicio en su puesto de back izquierda. Los medios colosales, especialmente Machin [Machimbarrena] y Echart. Casal muy bien en la primera mitad (pues en la segunda pasó á delantero)”.

“De los delanteros mencionaremos especialmente á Abaroa y Duardo [Sydler] que se entendieron admirablemente. Poto [Alfonso Sena] bien y los extremos Leturia y Olasagasti mal, aunque influyó en ello seguramente las condiciones del terreno. Leturia en la segunda mitad pasó á medio y jugó como él sabe hacerlo”.

El Benfica “causó buena impresión, sobre todo la línea delantera en la que se ve casi siempre una gran combinación á base de pases cortos y de una compenetración perfecta con la línea de medios, pronta á recoger los pases de los primeros, cuando éstos se ven muy marcados por sus contrarios. Los backs parecieron algo flojos y el portero medianejo”.

El primero y único gol de los portugueses, “á poco de comenzar el partido, [fue] de un shoot flojo y raso que por ir muy mojado el pelotón se le escapó á Anechino de las manos colándose en la red. Los demás (todos de la “Real”) fueron marcados tres por Abaroa [un hat-trick] y uno por Duardo [Sydler]. El primero, después de una brillante combinación del ataque donostiarra, terminado con un shoot cruzado del ya citado Abaroa. El segundo y tercero fueron iguales. Dos pases adelantados entre los dos backs hechos por Duardo y admirablemente recogidos por Abaroa muy limpios y muy bien hechos, y el cuarto de la “Real” (único que se marcó en la segunda parte) marcado por Duardo de un shoot muy bien colocado en el ángulo izquierda recogiendo un pase de cabeza de Casal”.

El partido terminó con la victoria de la Real Sociedad por 4-1. “El árbitro señor Alegre satisfizo á los dos equipos [y], como nota curiosa anotaremos para terminar que el equipo donostiarra lució en su “maillot” los colores nacionales portugueses” (verde y rojo).

Dos días después, volvieron a encontrarse en Atotxa, para cerrar un año belicoso con otro partido amistoso, y otra vez con un tiempo infernal. “Si mala fué la tarde del martes, la de ayer fué muchísimo peor”.

“El equipo visitante confirmó la impresión que nos hizo el primer día; un “team” que combina admirablemente, pero que no saben terminar una jugada; se hacen un lío en la boca del goal; así resulta que habiendo dominado mucho en la primera mitad, no marcaran ningún tanto; creemos que con tiempo seco y en terreno duro, jugarán mucho más, pues dominio del balón no les falta”.

“Nuestro equipo, en la primera mitad, hizo un juego equivocado y poco adecuado á las condiciones del terreno, pues se empeñaron en hacer pases cortos que eran siempre interceptados por los portugueses, y por eso transcurrió todo el primer tiempo sin que marcaran ningún goal. En la segunda parte, variaron la táctica con resultados positivos, pues consiguieron á base de pases largos marcar cuatro goals”. Uno Sydler; otro ‘Poto’ Sena, “de un shoot cruzado, soberbio”; y dos más, Abaroa.

Así terminó el año 1914 para la Real; con dos partidos amistosos, un 4-1 y un 4-0, a pesar de las bajas, en un terreno de juego en muy malas condiciones y contra un club campeón de Portugal.

La amistad con el Benfica es larga. Como hemos visto, se remonta hasta 1914. Pero no han sido los únicos partidos amistosos jugados entre ambos equipos. El 26 de junio de 1969, en el Trofeo Ibérico, de Badajoz, el Benfica ganó a la Real 1-0; y 2-0, el 9 de agosto de 1975 en el Torneo Internacional de Bilbao. El 0-1 de Champions, en Lisboa, jugado el 24 de octubre, ya ha sido el primer partido de competición y el martes veremos el segundo en Anoeta.

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