Primer derbi entre bilbainos y donostiarras

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El foot-ball iba calando en tierra vasca como el xirimiri. En marzo de 1905, el Athletic y The Union seguían organizando partidos amistosos con objeto de preparar la disputa de la Copa de ese mismo año, que se había de jugar en Madrid del 16 al 20 del mes siguiente.

En estas, el día 25, en el expreso de Donosti, llegaban a Bilbao, a las tres y media de la tarde, “los distinguidos jóvenes donostiarras” que componían el team del San Sebastián Recreation Club. Varios socios del Athletic y algunos jugadores esperaron a los donostiarras y, después de los saludos y presentaciones, se dirigieron al Hotel Catalina, donde se iban a hospedar los jóvenes sportmen.

La expectación que el partido había despertado era tal que ese mismo día El Noticiero Bilbaino informaba de que dada “la grandísima animación entre los aficionados para asistir al partido San Sebastián-Bilbao […], la empresa del ferrocarril de Bilbao á las Arenas ha acordado que circulen, además del servicio ordinario, dos trenes especiales”. En todos los cafés y paseos no se hablaba de otra cosa. Lo que hizo que, a pesar de lo inseguro del tiempo, el campo de Lamiako estuviera concurridísimo a primera hora de la tarde de aquel 26 de marzo de 1905.

Esta es la crónica del partido, el primer derbi jugado entre bilbainos y donostiarras, tal y como la vivieron, por parte bilbaína, “un delantero”, para El Nervión, y Joaquín de Laffytte, para El Pueblo Vasco, por parte donostiarra.

Así empieza la suya El Nervión: “Reñidísimo resultó el partido jugado ayer en Lamiaco entre los primeros “elevens” del Recreation Club de San Sebastián y el Athletic Club de Bilbao”.

“A las cuatro y cuarto en punto, en presencia de más de 3.000 personas, el inteligente aficionado señor Mutiozabal, que actúa de referee, da á los jugadores la orden de formar”.

“Corresponde la salida á San Sebastián que, con una preciosa combinación, consigue acercarse al gol contrario, siendo rechazados por los defensas. Desde el primer momento pudo apreciarse que los jugadores de San Sebastián se combinaban muy bien, y que el partido había de resultar competidísimo”.

“La lucha durante los primeros diez minutos fue muy movida, y ninguno de los dos bandos parecía estar dispuesto á dejarse dominar. Larrea está á punto de hacer un gol, pero Arsuaga, que se distingue, consigue lanzar la pelota al campo contrario. Sigue la lucha cada vez más interesante, distinguiéndose sobremanera el “medio” Forster [por parte donostiarra], que juega primores y nos recuerda al famoso “rojo” del Burdigala”.

“Los delanteros derechos de San Sebastián se pasan con acierto y consiguen dominar por algún tiempo, pero [“Luisito”] Silva, que está jugando muy bien, detiene el arranque de los donostiarras. Davies hace “driblins” preciosísimos que entusiasman al público y, pasada la pelota, Sota tira un bonito centro sin resultado. Forster, que está en todas partes, anima á sus jugadores con arrancadas de verdadero mérito, que detienen Silva y García, muy bien colocados. Los delanteros bilbainos empiezan á combinarse y, en una de sus arrancadas, Larrea tira la pelota por lo bajo, que vale el primer gol á los bilbainos”.

“Colocada la pelota en el centro, sale San Sebastián, que lejos de desanimarse parece dispuesto á la revancha. Cockran juega muy bien y entrega la pelota a Davies, que “dribla” admirablemente, rematando con un gran “shut” que salva con la cabeza el medio centro Forster, que está oportunísimo. Los de Bilbao dominan en este tiempo y atacan con grandes bríos al gol, armándose en dos ocasiones grandes barullos en la puerta de los de San Sebastián, distinguiéndose Arsuaga en la defensa”.

“El partido sigue reñidísimo y cuando falta poco para terminar el primer tiempo, [Mario] Arana, está á punto de meter con la cabeza el segundo gol que rechaza Calisalvo; [Alejandro] Sota, tira un gran “shut” que pega en el palo del gol y, á los pocos momentos, el referee ordena el descanso”.

“Los comentarios que se hicieron durante este tiempo por los aficionados, fueron animadísimos y todos coincidían en afirmar que el “team” de San Sebastián era muy completo y siendo las fuerzas tan iguales, la segunda parte tenía que resultar competidísima”.

“Formados de nuevo los jugadores, sale Bilbao y á los cinco minutos, en una salida que hace el golkeeper bilbaino, consiguen los de San Sebastián meter el primer gol. Empatados los bandos á un gol, el entusiasmo del público sube de punto y el arranque de los jugadores aumenta por momentos”.

“Larrea, que ha cambiado el puesto en el 2º tiempo, pasando á exterior derecha, lanza un “shut” colosal que rechaza Calisalvo, que está acertadísimo, consiguiendo librarse de las caricias de Dyer, que pretende cargar al golkeeper. Los bilbaínos dominan el partido, pero Arsuaga y Forster se encargan de rechazar sus ataques. Larrea está jugando en el segundo tiempo de un modo colosal, pero los delanteros centros de Bilbao no saben aprovechar sus pasadas. Se anima San Sebastián y consigue atacar en varias ocasiones al gol contrario. Cockran está admirable, jugando lo mismo con la cabeza que con los pies. Larrea, que dribla de un modo magistral, vuelve á acercarse al gol, lanzando un centro que vale cualquier cosa y que rechazan las defensas donostiarras”.

“El partido resulta muy competido y los jugadores están incansables. En una pifia de uno de los defensas bilbainos, uno de los delanteros donostiarras coge la pelota, el referee silva y Acha, dándose por enterado del aviso del referee, deja pasar á la pelota, que lanza el delantero que estaba á “obscit” (en órsay), por lo que el “gol” no es válido”.

“Los bilbainos dominan por completo en la última parte del partido, que es la más animada. Larrea sigue jugando muy bien y corre admirablemente la pelota por toda la línea, terminando con centros que, de haber estado oportunos los delanteros centros del Athletic, hubieran sido “gol” en más de una ocasión”.

“Termina el tiempo, pero como debido á algunos accidentes sin importancia, ocurridos en el curso del partido, se perdieron algunos minutos, el referee, cumpliendo lo que ordena el reglamento del juego, dispone que continúe la lucha, que da por terminada á los pocos momentos”.

Ficha del partido

Al atardecer, en Donosti, multitud de conocidos “sportmen” visitan la redacción de El Pueblo Vasco pidiendo noticias sobre el resultado, que el periódico hace público en la siguiente nota: “A las siete recibimos el siguiente telefonema de nuestro corresponsal sportivo que expresamente marchó á Bilbao con objeto de informarnos: “Resultado del “match” empate á un “goald”. Entusiasmo indescriptible. Magistralmente Forster, Aurrecoechea, Arsuaga, Calisalvo, Minondo y Solana. Banquete ofrecido por el Club Bilbao. 3.000 personas asistieron al “match”. Llegaremos mañana”.

Las conclusiones a las que llegaron ambos periódicos no tienen desperdicio.

Para El Nervión, “el partido de ayer resultó muy superior y es, sin disputa, el mejor que se ha jugado en los campos de Lamiaco, con Sociedades de fuera de Bilbao”.

“Entre los donostiarras, hay jugadores de primera, sobresaliendo Forster, que es el mejor “medio centro” que se ha visto en Lamiaco. Los jugadores bilbainos deben convencerse de que tienen que ensayar mucho, y de que no hay tiempo que perder, pues el campeonato se viene encima”.

“En suma, que el público salió satisfechísimo del partido, y que los donostiarras están en condiciones de poder competir con cualquier Club de España, ya que ayer supieron colocar su pabellón á la altura del de los campeones”.

Para el Pueblo Vasco, “el héroe del día fue el inglés Forster, que jugó admirablemente, siendo ovacionado á cada momento. Todo el mundo reconocía que era el mejor jugador del campo. Le secundó Arsuaga, nuestro simpático “back”, que llamó la atención por su juego limpio y elegante. Entre los dos sostuvieron toda la jugada ayudados por los demás jugadores, que hicieron más de lo que esperábamos. Aurrecoechea, Minondo, Sena y Solana jugaron muy bien; éste último fue el que hizo el “goald”. Calisalvo defendió el “goald” con mucho valor y sangre fría, por lo que fue frecuentemente ovacionado”.

“Del equipo de Bilbao, aunque ya conocido del público por haber luchado con los principales equipos extranjeros y por ostentar el título de campeón de España, haremos especial mención de Larrea, que fue el que más jugó. Admirablemente Cockran, Sota y Acha”.

Aunque, al final, no hubo vencedores, ni vencidos, como dice La Voz de Guipúzcoa, lo cierto es que el empate supo a gloria, a triunfo. El Pueblo Vasco lo pone de manifiesto exclamando: “¡Un triple hurra en honor de nuestros paisanos, cuyo triunfo ha sido colosal! El “Atletic” de Bilbao es la Sociedad de “foot-ball” más vigorosa y mejor constituida de España. Creada hace años, forman parte de ella jugadores verdaderamente temibles… Aún se recuerda entre los aficionados al sport la brillante lucha que sostuvo con los clubs de Barcelona y Madrid para ganar el campeonato de España… Sin embargo, al comenzar su vida, nuestro Club lucha con el coloso Atletic y quedan empatados á un goald… [lo que] supone una lucha terrible y encarnizada. Se conoce que la habilidad y astucia de ambos bandos riñeron largo rato disputándose la victoria que, si bien quedó indecisa, puede atribuírsela el Club donostiarra por las condiciones en que luchaba”.

“Esto mismo han debido reconocerlo sus nobles adversarios, quienes en prueba de admiración y cariñoso homenaje les obsequiaron anoche con un banquete”.

Finaliza su crónica con las copas al aire. “Después del match tuvo lugar el espléndido banquete con que los socios del Athletic obsequiaron á los del S.S.R.C.; reinó la alegría natural de estos casos… [y] al destaparse el champagne se brindó por la prosperidad de ambos Clubs”.

La vuelta no fue menos triunfante: “En todos los pueblos intermedios, numeroso gentío acudía á la estación á ovacionar á los excursionistas, disparándose cohetes y chupinazos”. Al final del viaje, numeroso público acudió también a la estación, “siendo la mayor parte socios del San Sebastián Recreation Club, que aclamaron a los jugadores con gran entusiasmo”, pensando ya en la revancha a jugar en el campo de Ondarreta.

Dedicado a Javier

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