Como en los viejos tiempos de Atotxa, el Reale Arena de hoy ha vuelto a ser una caldera, una olla a presión, en cada partido.
La remodelación del estadio, con la eliminación de las pistas de atletismo, la ampliación del aforo, la creación de la grada de animación Aitor Zabaleta, el juego del equipo, la posición en la tabla y la expectativa de jugar en Europa, son factores desencadenantes de esta recuperación.
Hay cola para hacerse con una txartela de socio y la asistencia al estadio crece cada año. Tenemos una media de 32.179 aficionados que acuden al campo cada jornada, y se baten récords en partidos señalados.
Siempre se ha considerado el factor campo como un elemento que tiene gran influencia en el resultado final de un partido, por lo que esta nueva situación podría hacernos pensar que lo refuerza. Sin embargo, la comparación de los resultados conseguidos antes y después de la remodelación parecen desmentirlo.
La Real, ha sumado hasta hoy 61 puntos de 99 posibles en 33 partidos de Liga y ocupa el cuarto puesto de la clasificación, que da acceso a la Champions League, a solo cinco partidos del final de la temporada.
Pero, de los 61 puntos, la Real ha conseguido 31 en el Reale Arena y 30 cuando ha jugado como visitante. Ha ganado los mismos partidos, tanto en casa como fuera: 9 como local y otros 9 como visitante; y si en Anoeta ha metido 21 goles, fuera ha conseguido 22. En la clasificación como local baja al 6º puesto y mantiene el 4º fuera de casa.
El nuevo Reale Arena se estrenó el 14 de septiembre de 2019 y comparando los resultados de esta temporada con los de la temporada anterior a la remodelación (2018-19), es decir, con los de un estadio con pistas de atletismo, 10.000 espectadores menos en la grada de Anoeta y sin grada de animación, vemos que el porcentaje de puntos conseguidos en casa se ha reducido en 3,2 puntos, del 54% de entonces, al 50,8% de hoy. Los mismos que han crecido los conseguidos fuera.
Remontándonos solo doce años, hasta la temporada 2010-11, la de la vuelta a primera, las diferencias todavía son más importantes, porque en casa se consiguieron 35 puntos, el 77,8% del total; y fuera 10, el 22,2%. Comparando los datos de hoy con los de entonces, el porcentaje de puntos conseguidos como local se ha reducido en 27. La diferencia entre los resultados de casa y fuera fue de 55,6 puntos porcentuales y en la presente temporada es de 1,6.
También ha bajado el acierto realizador. El promedio de goles por partido en casa era en aquellos años con pistas, de 1,42, en 2010-11; 1,52, en 2011-12; 2,16, en 2012-13; 2, en 2013-14; y en la caldera de esta temporada de Champions, 1,31. La diferencia de goles a favor y en contra de esta temporada es de +8 goles en casa y fuera de +6. En la temporada 2010-11, fue de +6 como local y -23 como visitante.
La tendencia general marca un descenso de puntos como equipo local y, por lo tanto, un acenso de los puntos conseguidos fuera de casa.
Valoro, muy positivamente, los cambios realizados que disfrutamos en cada encuentro. Pero igual estamos asistiendo a un cambio de paradigma. Los resultados que marcan la diferencia, son los conseguidos como visitante.
Todos los equipos en general juegan de la misma forma en casa que fuera. Antes se defendía fuera y se atacaba en casa. Los árbitros eran más caseros, hoy la superexposición por la tele lo evita. Creo que es una situación general de todos los equipos