Nadie quiere irse

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Han vuelto los tiempos de vino y rosas para la Real Sociedad. Terceros en la clasificación liguera, ¡en puestos de Champions!; cuartos en la Copa del Rey; en octavos de final de la Europa League, desplegando, a menudo, un juego primoroso. El club sigue creciendo en todos los aspectos, económica, social y deportivamente, y el equipo es una máquina de ganar: 20 victorias en 27 partidos. Disfrutamos en Anoeta; hay comunión entre el equipo y la afición; 1.554 aficionados están en lista de espera para hacerse con un abono; las entradas se han agotado por sexta vez en esta temporada y el renovado estadio se convierte en una olla a presión, batiendo récords de asistencia.

El presidente, ha sido reelegido por aclamación hasta 2027, para un cuarto mandato. Imanol ha renovado hasta 2025 y Roberto Olabe, el arquitecto, hasta 2026, rechazando ofertas como la del Aston Villa de Emery. Un triunvirato presto para apuntalar el futuro del club. Martín Zubimendi, en la agenda del Barcelona, ha renovado hasta 2027 y, mientras la dirección negocia con Merino su renovación, el conde también ha dado calabazas al club de Birmingham, que le ofrecía mejorar notablemente su ficha. Y para cerrar este círculo virtuoso, los fichajes mejoran las expectativas y, sobre todo, la cantera parece inagotable. Vino y rosas. O cerveza.

Sin embargo, no veo en la piel de toro la repercusión mediática que todo esto merece y ha tenido que ser un medio inglés el que lo destaque. El periodista Ian Hawkey, uno de los invitados por LaLiga para conocer de cerca el derbi, ha publicado en The Times un artículo titulado “La Real cosecha la recompensa de ser el club del que nadie quiere salir”.

En él habla del ambiente vivido en el Reale Arena en el partido contra el Athletic. De la sana rivalidad: “las ikurriñas ondearon tanto en el sector local como en el visitante”. Del récord de asistencia batido. Del 70% de canteranos que nutren el primer equipo. De la extraordinaria fertilidad de esta tierra para cosechar entrenadores, algunos de moda en la Premier League, como Mikel Arteta, en el Arsenal; Unai Emery, en el Aston Villa; y Julen Lopetegui, en el Wolverhamton Wanderers, que “provienen de un radio de ocho millas de San Sebastián”. También menciona a Xabi Alonso, en el Bayer Leverkusen; a Jagoba Arrasate, en Osasuna; y, por supuesto, a Imanol Alguacil. Olvida, sin embargo, que de esas escasas millas también procede Andoni Iraola, vecino de Imanol, que tan buen papel está haciendo en el Rayo Vallecano.

Hawkey destaca la economía sostenible del club, la conexión con la afición y con la región; la “inusual estadía”, promedio de permanencia de los jugadores en el club, que es de siete años; y la posición en la tabla: terceros, detrás de Barcelona y Real Madrid en la clasificación de la Liga. El genial periodista, concluye afirmando que, esta temporada, “para la Real, la Champions League es un objetivo más que viable”.

No sé hasta dónde llegan sus capacidades como augur, para hacer este tipo de vaticinios, pero lo cierto y verdad es que todo esto solo se puede leer en un diario inglés: The Times.

Tarjeta blanca

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Esta fotografía, publicada por El Mundo Deportivo el lunes 12-02-1973, muestra el momento en el que el árbitro saca tarjeta a Cobos, jugador del Betis, en el Camp Nou. En una foto en blanco y negro, la tarjeta solo puede ser blanca, pero en realidad era tan blanca como los pantalones del Betis. El pie de foto critica la actuación del colegiado Medina Iglesias y la califica de irregular, “pues mientras en algunas ocasiones no vaciló en enseñar la tarjeta blanca, infracciones graves quedaron, inexplicablemente, sin sanción”, y no se trata de un error, como vamos a ver.

El uso de las tarjetas en el fútbol nació como necesidad en 1966, durante la disputa del Mundial de Inglaterra, concretamente en el partido de cuartos de final que enfrentó a los anfitriones con Argentina. Hasta entonces, los árbitros amonestaban o expulsaban a los jugadores y entrenadores verbalmente. Así lo hizo el colegiado Rudolf Kreitlein cuando amonestó a Bobby y Jack Charlton, pero parece que nadie se percató de ello, ni en el campo ni en las gradas, lo que provocó una protesta formal por parte del seleccionador inglés al enterarse de las sanciones por medio de la prensa. Fue entonces cuando un destacado ex árbitro inglés, Keneth George Aston, propuso el uso de tarjetas, inspirado en los semáforos mientras caminaba por Kensington: color amarillo, precaución; color rojo, alto, ya no puedes seguir. Amarilla, apercibimiento; roja, expulsión.

Este sistema se utilizó por primera vez en el Mundial de México, en 1970. El soviético Kakhi Asatiani ostenta el dudoso honor de ser el primer futbolista al que se mostró una tarjeta amarilla y el chileno Carlos Caszely el primero en ver la tarjeta roja en un Mundial, además de forma directa. Después de esta Copa del Mundo, a mediados de la temporada 1970-71, todas las federaciones empezaron a aceptar la implantación del mismo en sus respectivos campeonatos. En el español, sin embargo, se comenzó a utilizar la tarjeta blanca para amonestar y la roja para expulsar.

Se han expuesto muchas teorías sobre el motivo del cambio de color amarillo por el blanco, incluso sobre su valor, pero ambas eran iguales en aplicación del reglamento: una tarjeta blanca servía como amonestación y dos cartulinas de este color, en un mismo partido, equivalían a una tarjeta roja. Así lo comunicó la Federación Española de Fútbol el 15 de enero de 1971, atendiendo a las peticiones de los árbitros.

Nueve días después, el 24 de enero de 1971, en la disputa de la jornada 19 del campeonato de Liga, un futbolista fue amonestado con la primera tarjeta blanca en Primera División. Fue en el campo de Sarrià, en el partido que enfrentaba al Español y el Sporting de Gijón. El colegiado Balaguer García lo hizo para amonestar a Enrique Castro “Quini”, por las continuas protestas del “Brujo” al trío arbitral. ”Quini” estrenó pues el tarjetero en la Liga española, en la que fue su primera temporada en Primera División, con sólo 21 años. Esta fue, además, la primera amonestación, tanto verbal como mediante tarjeta, de las 14 que recibió el “Brujo” a lo largo de sus 19 temporadas en activo.

Pero por qué el color blanco, cuando todo el fútbol mundial utilizaba el amarillo. Quien fuera secretario general de la Federación Española de Fútbol argumentó que como no pudieron acudir al Mundial de México, tuvieron que seguir el torneo por televisión. En 1970, la mayoría de los televisores todavía eran en blanco y negro y el de su casa no era una excepción, por lo que así fue como vio los colores de las tarjetas desde su domicilio, tomando por equivocación el amarillo como blanco. Este fue, al parecer el motivo por el que se implantaron las cartulinas blancas por decisión del organismo federativo a partir de entonces. Lo que no resulta explicable es por qué no convirtieron la roja en negra.

La Federación Española no podía mantener este criterio contra el mundo y en el verano de 1976, cinco años después de su implantación, decidió adoptar la normativa internacional y por fin llegaron las tarjetas amarillas al fútbol español. En septiembre de aquel mismo año, el presidente del Comité Nacional de Árbitros de España, José Plaza, anunció este cambio para las competiciones españolas, siendo la temporada 1976-77 la primera en la que se sacaron tarjetas amarillas en el fútbol español y el primer futbolista que recibió esta sanción fue Diego, el jugador de la Real Sociedad, nuestro Diego, el 4 de septiembre de 1976, en el partido inaugural de la temporada frente al Real Zaragoza, a los 12 minutos de juego, “por violencia”.

Desde hace una semana, la tarjeta blanca vuelve a los campos de fútbol para ‘premiar’ a los protagonistas del juego limpio, aunque de momento solo en Portugal. La colegiada Catarina Branco ha sido la primera en mostrar esta tarjeta en el partido de Copa que enfrentaba a los equipos femeninos de Benfica y Sporting de Lisboa, en el Estadio da Luz. El 21 de enero, Branco enseñó la tarjeta blanca a los servicios médicos de ambos equipos por su rápida intervención para atender a un espectador que se había desvanecido en la grada.

La tarjeta blanca ha sido presentada como una medida para “mejorar el valor ético en el deporte”. Para fomentar y reconocer el ‘fair play’ en el fútbol.

Nacimiento de la Real Sociedad

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No se me ocurre mejor manera de iniciar este blog que hacerlo por el principio. Cuántas veces nos habremos preguntado por la fecha en la que nuestro club vio la luz y empezó a gatear.

La partida de nacimiento dice que la Real Sociedad nació el 7 de septiembre de 1909, pero todavía no era Real, sólo Sociedad de Foot-Ball de San Sebastián, y tan cierto como esto, es que vino al mundo con un pan debajo del brazo.

Efectivamente, nueve meses antes de nacer ya había ganado su primera Copa, título reconocido por la Real Federación Española de Fútbol, que le dio derecho a ser uno de los equipos fundadores de la Primera División de la Liga en 1928.

BASES FUNDACIONALES DEL CAMPEONATO DE LIGA

1.º El Campeonato de España se disputará por eliminación a doble partido. Accederán a él los campeones regionales, los subcampeones y el tercer clasificado de Vizcaya, Cataluña, Guipúzcoa y Centro (serían en total 32 clubes).

2.º El Campeonato de Liga se jugará a doble partido todos contra todos y a doble vuelta en dos Divisiones. La Primera estará compuesta por diez clubs: los seis campeones de España [Athletic Club, Arenas de Guecho, Real Madrid, Real Sociedad, F. C. Barcelona y Real Unión], los tres subcampeones [Athletic Club de Madrid, Español y Europa] y el vencedor de un torneo entre los diez equipos siguientes: Sevilla, Eibar, Alavés, Betis, Celta, Deportivo, Racing de Santander, Valencia, Real Oviedo y Sporting de Gijón [Racing de Santander]. El torneo será por eliminatorias, con sorteo puro, a partido único y en campo neutral hasta proclamarse un campeón.

3.º Los nueve eliminados formarán la Segunda División con un décimo club que se clasificará entre todos aquellos que se inscriban con esa intención.

Asamblea extraordinaria de la Federación Española. 23 de noviembre de 1928. Madrid.

El segundo título, el de Real, todavía tardaría otros cinco meses en llegar.

La recién fundada Sociedad de Foot-Ball de San Sebastián, antes de recibir de Alfonso XIII el título de Real, el 11 de febrero de 1910, había competido en el Campeonato de España, posteriormente conocido como Copa del Rey, como Vasconia Sporting Club, porque todavía no tenía la antigüedad necesaria para hacerlo. Nueve meses antes de nacer, había ganado el de 1909, el 8 de abril, en el Estadio O’Donnell de Madrid, venciendo en la final al Español Foot-Ball Club de Madrid por 1-3, aunque lo hizo como Club Ciclista de San Sebastián, también por motivos burocráticos: para sortear las dificultades que impedían participar a otro club anterior, el San Sebastián Foot-ball Club, que, a su vez, era una escisión, producida el 21 de mayo de 1905, del San Sebastián Recreation Club, concebido el 26 de agosto de 1904.

Parece un galimatías, pero si ponemos nuestra atención en las alineaciones de los distintos equipos, veremos con facilidad que hay una continuidad indudable entre ellos. Los hermanos Sena, Alfonso ‘Poto’, Miguel y Gregorio, los Minondo, Arrillaga, Berraondo, Gaytán de Aya, Echevarría… están ya en las alineaciones del San Sebastián Recreation Club, y se mantienen en las de los primeros años de la Real Sociedad. Casi podríamos decir que se trata del mismo equipo con distintos nombres.

Con menos argumentos deportivos, hay clubes que han anticipado su fecha de nacimiento. La nuestra podría ser el 26 de agosto de 1904. Porque cuando hablamos de nacimiento de la Real Sociedad, no nos referimos al día de su inscripción en el registro, ni a su fecha de bautismo, sino al momento del parto.

Resulta también interesante conocer, además del feliz alumbramiento, el tiempo de gestación, porque nada surge de la nada, un buen día, de la noche a la mañana, como iremos viendo en sucesivos artículos.