El joven Irastorza

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Después de haber recordado la peripecia de Harry Lowe en la ciudad del Turia, por la que aquel 24 de marzo de 1935 se convirtió en el jugador más veterano de LaLiga a sus 48 años y 226 días, récord que aún perdura, no podemos pasar por alto que Harry el viejo, fue también protagonista de otro recórd en sentido contrario: el del jugador más joven en debutar en Primera División.

Un año antes, el 4 de febrero de 1934, había hecho debutar en el Donostia Football Club (la Real de los tiempos republicanos) a Pedro Irastorza con 15 años y 288 días. Fue en la jornada 14 del Campeonato de Liga de la temporada 1933-1934, en el campo de Les Corts de Barcelona, de donde el equipo salió derrotado por 4 a 0.

Ficha del partido

Se da la circunstancia de que en la temporada siguiente (1934-1935), con 16 años, Irastorza saltó al campo de Mestalla con Harry Lowe, en aquel partido en el que el entrenador volvió a calzarse las botas.

Pedro Irastorza Ayerbe nació el 22 de abril de 1918 en Zaldibia (Gipuzkoa) y las crónicas de la época dicen que era un centrocampista “muy aguerrido”, a pesar de su edad. Tras el descenso a Segunda División jugó en Osasuna hasta que estalló la Guerra Civil. Después, continuó jugando en el Campo de San Juan, hasta su vuelta a la Real Sociedad en la temporada 1941-42, para retirarse en la siguiente jugando en el Murcia.

Aún hoy, sigue siendo el jugador más joven en debutar en la historia de la Real Sociedad y el tercero de LaLiga, superado en la temporada 1939-1940 por Francisco Bao “Sansón”, criado en el barrio vigués de Lavadores, que debutó con 15 años y 255 días, en el Celta de Vigo; y por el argentino Luka Romero, el ‘Messi mexicano’, en la temporada 2020-2021, que lo hizo con 15 años y 219 días, en el Mallorca.

Veteranía y juventud, al menos en este caso, son las dos caras de una misma moneda.

Harry el viejo

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Harry Lowe, de pie, último de la derecha, con el Tottemham en la temporada 1924-25

Estamos tan acostumbrados a ver a la Real Sociedad, en los informes del CIES Football Observatory, entre los equipos más jóvenes de las cinco grandes ligas europeas, que más de uno se sorprenderá al saber que tenemos el récord del jugador más viejo sobre el campo, de la historia de LaLiga.

El viejo es Harry Lowe, jugador británico que colgó las botas en 1928 y llegó a la Real Sociedad para sustituir al mítico entrenador Benito Díaz, el tío Benito, que había emigrado a Francia para dirigir al Girondins de Burdeos.

Lowe terminó su primera temporada, 1930-1931, con la Real clasificada en tercera posición. Fue líder desde la 5ª a la 12ª jornada, pero llegó al final del campeonato empatada a 22 puntos con el Athletic Club y el Racing de Santander. El goal average dio el título a los bilbaínos y dejó a los donostiarras en tercera posición. La mejor clasificación liguera de la Real Sociedad durante casi 50 años, hasta el subcampeonato de Liga en la temporada 1979-80.

El 14 de abril de 1931 se izaba la bandera tricolor en la balconada consistorial de Eibar. Proclamada la República, Alfonso XIII tomaba el camino del exilio y el 27 de junio, “ateniéndose a exigencias de la realidad”, el club decidió retirar la corona del escudo, suprimir la denominación de Real y adoptar el nombre de Donostia Football Club.

En su segundo año como entrenador, el Donostia, F.C. quedó antepenúltimo, con la singularidad de haber marcado más goles que el campeón de Liga. La progresiva profesionalización del fútbol, con el consiguiente aumento de los gastos, fue causa de las dificultades económicas por las que atravesó el equipo en esta etapa de su historia. A pesar de todo, mejoró su posición en las dos siguientes: 6º en la 1932-33 y 5º en la 1933-34, a solo un punto del tercer clasificado.

Pero si por algo ha pasado a la historia de La Liga Harry Lowe, es por lo que ocurrió el 24 de marzo de 1935 en Valencia. El Donostia, F.C. tenía que disputar en Mestalla su encuentro con el Valencia, C.F. correspondiente a la decimoséptima jornada. Por aquel entonces no estaba permitido hacer cambios en los partidos, las sustituciones no se aprobaron hasta finales de los años sesenta; es decir, que los once jugadores que iniciaban el encuentro debían terminarlo, por lo que era habitual que, en los desplazamientos largos y costosos, los clubes modestos viajaran solo con los once futbolistas que iban a jugar.

Se dio la circunstancia de que, durante el viaje, enfermó uno de los jugadores donostiarras; probablemente el delantero Insausti, aunque las crónicas de la época no lo especifican. Como no podía disputar el encuentro, ante la tesitura de tener que hacerlo con solo diez jugadores, Lowe optó por calzarse de nuevo las botas, con 48 años y 226 días. Sólo acertó a decir: “Mejor con once que con diez”.

Su aportación fue más estética y humana que futbolística; quizás allí nació el medio estorbo. Pero jugó los 90 minutos y, recordando sus viejos tiempos en el Tottenham, tuvo el honor de dar a Olivares la asistencia para que marcara el único gol donostiarra de aquel estrambótico partido que terminó con un apabullante 7 a 1.

Ficha del partido

Este episodio, calificado por estudiosos del fútbol como mítico, pero del que existe constancia documental de la época, está reconocido por LaLiga de Fútbol Profesional: “la Real tiene el honor de haber contado en sus filas con el jugador más veterano que jamás pisó un terreno de juego en la Primera División española”; aunque con un error en el cálculo de la edad, porque Horace ‘Harry’ Lowe nació el 10 de agosto de 1886. Un récord prácticamente imbatible. Con 41 años, Joaquín, el jugador del Betis, el más longevo de nuestro tiempo, tendría que jugar ocho años más para superarlo.

Aquella aciaga temporada (1934-35), la Real Sociedad (Donostia, F.C.) sufrió el primer descenso de su historia, al acabar el campeonato en penúltima posición, y Harry Lowe terminó su vinculación con el club.

Tiempo de gestación

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La llegada en 1887 de la reina María Cristina, con objeto de tomar baños de mar, condicionó el futuro turístico de nuestra ciudad, que pronto empezó a mostrar su vocación cosmopolita. El veraneo real, traía consigo a gran número de personajes de la corte y miembros del Gobierno, pero por debajo de aquel San Sebastián mundano y aristócrata, que tan poco gustaba a Pío Baroja, latía una ciudad al ritmo de su tiempo.

Tirando del hilo de Ariadna tendido por la prensa de la época, sabemos que desde que el foot-ball dejó de ser cosa de ingleses se jugaba en Donostia.

se puede leer en La Unión Vascongada del 27 de agosto de 1898, y, con solo unos días de diferencia, que los señores Lequerica, Mazpule, Silva, Castroviejo, Lafitte, Zaldo, Urruela y otros entusiastas aficionados habían creado una sociedad con objeto de jugar al foot-ball.

La Voz de Gupúzcoa del 9 de agosto de 1902, se hace eco de que distinguidos jóvenes de San Sebastián habían constituido una sociedad para jugar al foot-ball association. Los goals (porterías) se habían encargado a Madrid y los balones y equipos a Londres.

En la misma columna se informa que la tarde anterior algunos sportmen se habían entrenado en el Velódromo de Atocha, sitio escogido, además de la explanada de Ondarreta, para jugar a este deporte.

El primer club donostiarra del que tenemos constancia es el Vasconia Foot-ball Club, que en la primavera de 1903 concita la expectación de los aficionados donostiarras.

Tanto La Voz de Guipúzcoa como La Unión Vascongada publican sendas crónicas del partido disputado en el Velódromo de Atocha el domingo 15 de marzo de 1903 entre el Vasconia y el “Irunés” (probablemente el Irún Football Club, fundado en 1902).

“A las cuatro en punto de la tarde se echó cara y cruz, para la elección del terreno, tocándole en suerte al equipo de Irún. Se dispuso que el partido durara hora y media, dividido en dos secciones de á 45 minutos. En la primera sección, el equipo de San Sebastián hizo un goal después de una lucha titánica. En la segunda sección, los dos bandos defendiéronse con mucha tenacidad, no logrando hacer ningún goal. Ambos bandos se distinguieron mucho, especialmente el de San Sebastián por su habilidad y conocimiento del juego, y los de Irún en su poder y destreza.

El equipo de esta ciudad estaba constituido por los señores siguientes:

Goalkeeper (portero), Insausti; Back de la derecha, Mugartegui; Back de la izquierda, Artola (defensas); Half back de la derecha, Larret; Center Half, Antonio Albizu; Half back de la izquierda, Pablo Martínez (medios); Forwards de la derecha, Desbruéres (capitán) y Sena; Forwards de la izquierda, Gil y Del Valle; y Center fordward, Aurrecoechea (delanteros).

Después de reñidísima lucha, quedó vencedor el equipo Vasconia, de esta localidad, con un goal que consiguió apuntarse… causando las jugadas de los teams indescriptible entusiasmo en la concurrencia”.

En esta alineación ya hay jugadores que seguirán apareciendo en las siguientes etapas del periodo de gestación y en la Real Sociedad, como dijimos al hablar de su nacimiento.

Tres semanas después, el 5 de abril, los jugadores del Vasconia superan un nuevo reto con nota, al derrotar, sobre la pelouse del Country Club de Biarritz, al Biarritz Stade por un contundente 3 a 7.

La vida del Vasconia Foot-ball Club es efímera. No va más allá de lo que hemos visto. Pero las iniciativas no cesan y lleva tiempo gestándose algo mucho más grande, que será un antecedente importante en la historia de la Real Sociedad.

En El Pueblo Vasco del 18 de octubre de 1903, Gil Baré, abrumado por el mal tiempo, reflexiona sobre el momento que vive el deporte en la ciudad, en su columna “Sport”.

“Yo recuerdo que el invierno pasado [1902] recibí una circular en la que se me convocaba á una reunión que tenía por objeto organizar en San Sebastián una sociedad cuyo único fin era el fomento de todo género de sports. Recuerdo también que se celebraron dos ó tres reuniones á las que asistí, que se nombró una junta directiva, y comisiones para los diversos ramos de que iba á constar la sociedad; en fin, que reinó un entusiasmo entre aquella numerosa juventud que acudía puntualmente á las sesiones, que por un momento me hizo creer que de allí iba á salir mucho bueno. Tanto es así que ya se hablaba de emitir acciones, de comprar terrenos donde tendrían lugar todos los sports conocidos… y qué sé yo cuantas cosas más”.

Gil Baré se lamenta del tiempo transcurrido sin noticia alguna “de una idea que con tanto calor se tomó al principio” y termina su columna preguntándose: “¿Qué se hicieron aquellas personalidades que prometían subvencionar espléndidamente á la naciente sociedad y aquella falanje de animosos jóvenes iniciadores de grandes empresas? ¿Sería todo aquello fantasía pura, proyectos que nacieron sin vida? ¿Desmayaron ya los directores de la gran idea?, ó por el contrario, ¿la cosa no está olvidada y va á realizarse? Tienen la palabra los iniciadores de la “Sociedad del fomento del sport en San Sebastián”.

Todos los derbis

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En la foto que abre esta entrada, los jugadores de la Real y el Athletic posan en la inauguración de Atotxa el 5 de octubre de 1913. La alineación de la Real estuvo formada por Agustín Eizaguirre, José Berraondo, Mariano Arrate, Leturia, Casanova (Bonifacio Echeverría), Machimbarrena, M. Elósegui, Alfonso Sena, Satur Elósegui, Sydler y J. Minondo. Por parte del Athletic jugaron Ibarreche, Solaun, Hurtado, Eguía, J. Mª Belauste, Iceta, Pinillos, Cortadi, Zuazo, Pichichi y R. Belauste. El partido acabó con empate a 3.

“Un derbi vasco –se puede leer en la página de LaLiga Santander–, va más allá de un partido de fútbol, es –continúa– un acontecimiento deportivo a nivel mundial, donde a través del balón, la rivalidad entre el Athletic Club de Bilbao y la Real Sociedad se convierte en la expresión de los valores y la idiosincrasia vasca”.

Desde el primer derbi entre bilbaínos y donostiarras, jugado el 26 de marzo de 1905 en las campas de Lamiako, ha llovido mucho y se han disputado 290 encuentros hasta el día de hoy, contando los partidos amistosos.

A este lado del campo hay una percepción de que, en las últimas décadas la Real ha conseguido neutralizar el dominio bilbaíno. He visto, incluso, que hay quien recurre a la contabilidad creativa, considerando solo datos a partir de los cuales obtiene el resultado buscado.

A continuación, sin ninguna intención creativa, voy a convertir percepciones en certezas, porque esto también son habas contadas.

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Haciendo un balance global del histórico, hasta el día de hoy, vemos que hay 76 victorias del Athletic, 66 de la Real y 51 empates. El Athletic supera a la Real, pero no por tanto como cabría esperar según las percepciones. Sólo por diez victorias.

Victorias Real Sociedad, Athletic, empates y goles de cada equipo

Si analizamos el histórico dividido en dos mitades, vemos, sin embargo, resultados bien distintos. Hasta 1977, el Athletic, con 47 victorias, supera a la Real que consigue 29. Sin embargo, desde 1978 hasta hoy, la tendencia se invierte, y es la Real, con 37 victorias, la que supera al Athletic, con 29.

Analizando los resultados en cuatro períodos, confirmamos esa tendencia a la baja en el Athletic y la de la Real al alza.

De tal manera que, si vamos acumulando victorias en periodos de entre 15 y 20 años o de 25/30 partidos, sólo los tiempos legendarios dan un dominio al Athletic.

Decía Juanma Lillo que “las estadísticas son como los tangas: enseñan todo, menos lo importante”. En este caso lo importante es que los números nos permiten hacer un balance real para huir de percepciones y hablar con certeza de la evolución de los derbis.

Termina el artículo de LaLiga Santander afirmando que “tanto dentro como fuera del campo, el derbi vasco muestra mucho de lo positivo de LaLiga”. Así sea.

Adjunto el listado completo de los derbis, por si alguien lo necesita para sacar sus propias conclusiones.

Canteras de la Real Sociedad y el Athletic

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Periódicamente aparecen en la prensa y en las redes sociales artículos que hacen referencia a las canteras de la Real Sociedad y el Athletic Club. Todos coinciden en que ambos son los equipos que más canteranos tienen en sus primeras plantillas. Sin embargo, unos ponen por delante a la Real y otros al Athletic.

El último que he visto es de AS (29-01-2023). En el título se pregunta “Cuáles son los equipos de LaLiga con más canteranos”. Al responderse, coinciden con lo que todos sabemos, pero se hacen un lío sobre si es la Real o el Athletic el que más jugadores de la cantera tiene. A “uno” le adjudican 18, y al “otro” 14.

Es realmente sorprendente porque son habas contadas. Sólo hay que tomarse el trabajo de coger las plantillas y contar.

Hasta hoy (4-02-2023) la Real Sociedad ha contado para disputar los partidos ligueros con 35 jugadores y el Athletic con 28. En la Real he incluido a Karrikaburu que ha salido cedido, y en el Athletic a Villalibre y Nolaskoain, que tampoco están ya en el equipo. Los tres son de las canteras respectivas.

La Real tira del filial para sustituir a los jugadores lesionados que han llegado a ser tantos como para hacer un equipo titular.

Contando sólo los 25 jugadores de plantilla (dorsales 1 a 25), hay empate a 15 canteranos (jugadores formados y que proceden de la Real Sociedad B y del Bilbao Athletic).

A partir de aquí, la Real se impone.

Si ampliamos el foco a todos los jugadores que han entrado en las convocatorias de esta temporada, la Real ha sumado a la causa a 25 canteranos (71,4% del total) y el Athletic a 18 (64,3%). Descontando los que no han llegado a jugar, el saldo también es favorable: 21 canteranos de la Real han saltado al campo por 17 del Athletic.

De los 35 jugadores de la Real, 6 son extranjeros y otros 6 del resto del Estado; 16 han nacido en Gipuzkoa (46%) y 7 en las provincias hermanas: 5 en Navarra y 2 en Álava, ninguno en Bizkaia.

Entre los 28 jugadores del Athletic, no hay extranjeros, ni jugadores del resto del Estado; 13 han nacido en Bizkaia (46%) y 15 en las provincias hermanas (54% de la plantilla): 5 en Navarra, 6 en Gipuzkoa y 4 en Álava.

Por eso suelo decir que más que de cantera, que lo es, el Athletic es un equipo de canteras. De la suya y de las de los territorios hermanos.

Como consecuencia de todo ello, los jugadores de la Real tienen una media de edad de 24 años y los del Athletic de 27.

Txuriurdinak vs. blanquiazules

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La camiseta actúa como un símbolo que aglutina a todos aquellos que la llevan o que, sin llevarla, la sienten como propia, y los define como miembros de un mismo grupo, aseguran Albert Juncá y Eduard Inglés. Contribuye a formar lo que Benedict Anderson denominó “comunidades de sentimiento”. Sin embargo, cuando los colores de los dos equipos coinciden suele ocasionar complicaciones al comienzo de los partidos.

En este sentido, la crónica de los duelos ligueros entre la Real Sociedad y el Espanyol, próximo a disputarse el número 149 de su particular historia, tiene dos anécdotas curiosas, que en realidad son la misma, pero de ida y vuelta, solo que con casi medio siglo de diferencia entre ambas. Dos incidencias que hacen que dos de esos encuentros estén entre los más peculiares de la historia del club.

En la foto que abre esta entrada, vemos al equipo del Español, que así se llamaba entonces, antes de empezar el partido que jugó en Atotxa el 6-04-1952. Si nos fijamos en las camisetas, veremos que todos los jugadores, menos el portero, tienen el escudo de la Real. El navarro Daniel Zariquiegui Izco, árbitro del encuentro, no permitió a los periquitos vestir su indumentaria habitual y tuvieron que jugar con camisetas de la Real.

Fue una tarde lluviosa y de escaso fútbol. El campo se llenó, porque la Real necesitaba ganar el encuentro para asegurar la permanencia antes de finalizar la temporada 1951-52. Y lo consiguió, con un 3-0.

Ficha del partido

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Aunque, seguramente, nadie se acordaba de lo sucedido en Atotxa aquella tarde lluviosa de 1952, casi medio siglo después, el 1-10-2000, se jugaba el partido de vuelta. Para evitar problemas por los colores de las camisetas, la Real se presentó en Montjuic con su segunda equipación, de un color gris oscuro con detalles blancos. En esta ocasión fue el árbitro del colegio andaluz, Luis Medina Cantalejo, actual presidente del Comité Técnico de Árbitros, quien consideró que seguía pareciéndose mucho al clásico uniforme blanquiazul del Espanyol.

Inhabilitadas las dos equipaciones de la Real Sociedad, la solución pasaba por que los jugadores del Espanyol vistieran con su segunda, algo que el club perico se negó a hacer en su estadio. Finalmente, se optó por uniformar a los donostiarras con la segunda equipación usada por el Espanyol la temporada anterior.

Así, vemos en la foto a los jugadores de la Real, menos al portero, Asper, luciendo una camiseta roja con el escudo del Espanyol, junto a la tradicional publicidad de Conservas Dani, que durante tantos años patrocinó al club.

Otra vez dos equipos en el campo compartiendo escudo, esta vez el del Espanyol.

Ficha del partido

Y para que el revival fuera completo, también apareció la lluvia, esta vez de manera torrencial. Una fuerte tromba de agua, de más de media hora, inundó el césped y Medina Cantalejo suspendió el partido antes de iniciarse la segunda parte.

La Real controlaba el encuentro, tanto en el luminoso como en el terreno de juego, pero sus opciones de lograr los primeros tres puntos de la temporada 2000-2001 quedaban en el aire.

Cuando se reanudó el partido, el 18 de octubre, Javier Clemente hizo tres cambios en la alineación. Salieron del once titular Corino, Khokhlov y Jankauskas, entraron Gurrutxaga, Igor Jauregi y Miguel Fuentes y la Real supo mantener el resultado.

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¿Y con qué camiseta jugaron la reanudación? Con una tercera equipación que diseñó Astore para la ocasión. Una elástica que, aunque los fabricantes aseguraron que era verde, todos la veían azul.

Para concluir esta peculiar relación entre la Real Sociedad y el Espanyol, podemos decir que Amiano, Zubillaga, Moha, Diego Reyes y Tamudo han vestido la camiseta de ambos equipos, cuando cada equipo era el suyo; y que 24 jugadores de ambos equipos han jugado con la camiseta y el escudo del equipo contrario.

Nadie quiere irse

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Han vuelto los tiempos de vino y rosas para la Real Sociedad. Terceros en la clasificación liguera, ¡en puestos de Champions!; cuartos en la Copa del Rey; en octavos de final de la Europa League, desplegando, a menudo, un juego primoroso. El club sigue creciendo en todos los aspectos, económica, social y deportivamente, y el equipo es una máquina de ganar: 20 victorias en 27 partidos. Disfrutamos en Anoeta; hay comunión entre el equipo y la afición; 1.554 aficionados están en lista de espera para hacerse con un abono; las entradas se han agotado por sexta vez en esta temporada y el renovado estadio se convierte en una olla a presión, batiendo récords de asistencia.

El presidente, ha sido reelegido por aclamación hasta 2027, para un cuarto mandato. Imanol ha renovado hasta 2025 y Roberto Olabe, el arquitecto, hasta 2026, rechazando ofertas como la del Aston Villa de Emery. Un triunvirato presto para apuntalar el futuro del club. Martín Zubimendi, en la agenda del Barcelona, ha renovado hasta 2027 y, mientras la dirección negocia con Merino su renovación, el conde también ha dado calabazas al club de Birmingham, que le ofrecía mejorar notablemente su ficha. Y para cerrar este círculo virtuoso, los fichajes mejoran las expectativas y, sobre todo, la cantera parece inagotable. Vino y rosas. O cerveza.

Sin embargo, no veo en la piel de toro la repercusión mediática que todo esto merece y ha tenido que ser un medio inglés el que lo destaque. El periodista Ian Hawkey, uno de los invitados por LaLiga para conocer de cerca el derbi, ha publicado en The Times un artículo titulado “La Real cosecha la recompensa de ser el club del que nadie quiere salir”.

En él habla del ambiente vivido en el Reale Arena en el partido contra el Athletic. De la sana rivalidad: “las ikurriñas ondearon tanto en el sector local como en el visitante”. Del récord de asistencia batido. Del 70% de canteranos que nutren el primer equipo. De la extraordinaria fertilidad de esta tierra para cosechar entrenadores, algunos de moda en la Premier League, como Mikel Arteta, en el Arsenal; Unai Emery, en el Aston Villa; y Julen Lopetegui, en el Wolverhamton Wanderers, que “provienen de un radio de ocho millas de San Sebastián”. También menciona a Xabi Alonso, en el Bayer Leverkusen; a Jagoba Arrasate, en Osasuna; y, por supuesto, a Imanol Alguacil. Olvida, sin embargo, que de esas escasas millas también procede Andoni Iraola, vecino de Imanol, que tan buen papel está haciendo en el Rayo Vallecano.

Hawkey destaca la economía sostenible del club, la conexión con la afición y con la región; la “inusual estadía”, promedio de permanencia de los jugadores en el club, que es de siete años; y la posición en la tabla: terceros, detrás de Barcelona y Real Madrid en la clasificación de la Liga. El genial periodista, concluye afirmando que, esta temporada, “para la Real, la Champions League es un objetivo más que viable”.

No sé hasta dónde llegan sus capacidades como augur, para hacer este tipo de vaticinios, pero lo cierto y verdad es que todo esto solo se puede leer en un diario inglés: The Times.

Tarjeta blanca

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Esta fotografía, publicada por El Mundo Deportivo el lunes 12-02-1973, muestra el momento en el que el árbitro saca tarjeta a Cobos, jugador del Betis, en el Camp Nou. En una foto en blanco y negro, la tarjeta solo puede ser blanca, pero en realidad era tan blanca como los pantalones del Betis. El pie de foto critica la actuación del colegiado Medina Iglesias y la califica de irregular, “pues mientras en algunas ocasiones no vaciló en enseñar la tarjeta blanca, infracciones graves quedaron, inexplicablemente, sin sanción”, y no se trata de un error, como vamos a ver.

El uso de las tarjetas en el fútbol nació como necesidad en 1966, durante la disputa del Mundial de Inglaterra, concretamente en el partido de cuartos de final que enfrentó a los anfitriones con Argentina. Hasta entonces, los árbitros amonestaban o expulsaban a los jugadores y entrenadores verbalmente. Así lo hizo el colegiado Rudolf Kreitlein cuando amonestó a Bobby y Jack Charlton, pero parece que nadie se percató de ello, ni en el campo ni en las gradas, lo que provocó una protesta formal por parte del seleccionador inglés al enterarse de las sanciones por medio de la prensa. Fue entonces cuando un destacado ex árbitro inglés, Keneth George Aston, propuso el uso de tarjetas, inspirado en los semáforos mientras caminaba por Kensington: color amarillo, precaución; color rojo, alto, ya no puedes seguir. Amarilla, apercibimiento; roja, expulsión.

Este sistema se utilizó por primera vez en el Mundial de México, en 1970. El soviético Kakhi Asatiani ostenta el dudoso honor de ser el primer futbolista al que se mostró una tarjeta amarilla y el chileno Carlos Caszely el primero en ver la tarjeta roja en un Mundial, además de forma directa. Después de esta Copa del Mundo, a mediados de la temporada 1970-71, todas las federaciones empezaron a aceptar la implantación del mismo en sus respectivos campeonatos. En el español, sin embargo, se comenzó a utilizar la tarjeta blanca para amonestar y la roja para expulsar.

Se han expuesto muchas teorías sobre el motivo del cambio de color amarillo por el blanco, incluso sobre su valor, pero ambas eran iguales en aplicación del reglamento: una tarjeta blanca servía como amonestación y dos cartulinas de este color, en un mismo partido, equivalían a una tarjeta roja. Así lo comunicó la Federación Española de Fútbol el 15 de enero de 1971, atendiendo a las peticiones de los árbitros.

Nueve días después, el 24 de enero de 1971, en la disputa de la jornada 19 del campeonato de Liga, un futbolista fue amonestado con la primera tarjeta blanca en Primera División. Fue en el campo de Sarrià, en el partido que enfrentaba al Español y el Sporting de Gijón. El colegiado Balaguer García lo hizo para amonestar a Enrique Castro “Quini”, por las continuas protestas del “Brujo” al trío arbitral. ”Quini” estrenó pues el tarjetero en la Liga española, en la que fue su primera temporada en Primera División, con sólo 21 años. Esta fue, además, la primera amonestación, tanto verbal como mediante tarjeta, de las 14 que recibió el “Brujo” a lo largo de sus 19 temporadas en activo.

Pero por qué el color blanco, cuando todo el fútbol mundial utilizaba el amarillo. Quien fuera secretario general de la Federación Española de Fútbol argumentó que como no pudieron acudir al Mundial de México, tuvieron que seguir el torneo por televisión. En 1970, la mayoría de los televisores todavía eran en blanco y negro y el de su casa no era una excepción, por lo que así fue como vio los colores de las tarjetas desde su domicilio, tomando por equivocación el amarillo como blanco. Este fue, al parecer el motivo por el que se implantaron las cartulinas blancas por decisión del organismo federativo a partir de entonces. Lo que no resulta explicable es por qué no convirtieron la roja en negra.

La Federación Española no podía mantener este criterio contra el mundo y en el verano de 1976, cinco años después de su implantación, decidió adoptar la normativa internacional y por fin llegaron las tarjetas amarillas al fútbol español. En septiembre de aquel mismo año, el presidente del Comité Nacional de Árbitros de España, José Plaza, anunció este cambio para las competiciones españolas, siendo la temporada 1976-77 la primera en la que se sacaron tarjetas amarillas en el fútbol español y el primer futbolista que recibió esta sanción fue Diego, el jugador de la Real Sociedad, nuestro Diego, el 4 de septiembre de 1976, en el partido inaugural de la temporada frente al Real Zaragoza, a los 12 minutos de juego, “por violencia”.

Desde hace una semana, la tarjeta blanca vuelve a los campos de fútbol para ‘premiar’ a los protagonistas del juego limpio, aunque de momento solo en Portugal. La colegiada Catarina Branco ha sido la primera en mostrar esta tarjeta en el partido de Copa que enfrentaba a los equipos femeninos de Benfica y Sporting de Lisboa, en el Estadio da Luz. El 21 de enero, Branco enseñó la tarjeta blanca a los servicios médicos de ambos equipos por su rápida intervención para atender a un espectador que se había desvanecido en la grada.

La tarjeta blanca ha sido presentada como una medida para “mejorar el valor ético en el deporte”. Para fomentar y reconocer el ‘fair play’ en el fútbol.

Nacimiento de la Real Sociedad

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No se me ocurre mejor manera de iniciar este blog que hacerlo por el principio. Cuántas veces nos habremos preguntado por la fecha en la que nuestro club vio la luz y empezó a gatear.

La partida de nacimiento dice que la Real Sociedad nació el 7 de septiembre de 1909, pero todavía no era Real, sólo Sociedad de Foot-Ball de San Sebastián, y tan cierto como esto, es que vino al mundo con un pan debajo del brazo.

Efectivamente, nueve meses antes de nacer ya había ganado su primera Copa, título reconocido por la Real Federación Española de Fútbol, que le dio derecho a ser uno de los equipos fundadores de la Primera División de la Liga en 1928.

BASES FUNDACIONALES DEL CAMPEONATO DE LIGA

1.º El Campeonato de España se disputará por eliminación a doble partido. Accederán a él los campeones regionales, los subcampeones y el tercer clasificado de Vizcaya, Cataluña, Guipúzcoa y Centro (serían en total 32 clubes).

2.º El Campeonato de Liga se jugará a doble partido todos contra todos y a doble vuelta en dos Divisiones. La Primera estará compuesta por diez clubs: los seis campeones de España [Athletic Club, Arenas de Guecho, Real Madrid, Real Sociedad, F. C. Barcelona y Real Unión], los tres subcampeones [Athletic Club de Madrid, Español y Europa] y el vencedor de un torneo entre los diez equipos siguientes: Sevilla, Eibar, Alavés, Betis, Celta, Deportivo, Racing de Santander, Valencia, Real Oviedo y Sporting de Gijón [Racing de Santander]. El torneo será por eliminatorias, con sorteo puro, a partido único y en campo neutral hasta proclamarse un campeón.

3.º Los nueve eliminados formarán la Segunda División con un décimo club que se clasificará entre todos aquellos que se inscriban con esa intención.

Asamblea extraordinaria de la Federación Española. 23 de noviembre de 1928. Madrid.

El segundo título, el de Real, todavía tardaría otros cinco meses en llegar.

La recién fundada Sociedad de Foot-Ball de San Sebastián, antes de recibir de Alfonso XIII el título de Real, el 11 de febrero de 1910, había competido en el Campeonato de España, posteriormente conocido como Copa del Rey, como Vasconia Sporting Club, porque todavía no tenía la antigüedad necesaria para hacerlo. Nueve meses antes de nacer, había ganado el de 1909, el 8 de abril, en el Estadio O’Donnell de Madrid, venciendo en la final al Español Foot-Ball Club de Madrid por 1-3, aunque lo hizo como Club Ciclista de San Sebastián, también por motivos burocráticos: para sortear las dificultades que impedían participar a otro club anterior, el San Sebastián Foot-ball Club, que, a su vez, era una escisión, producida el 21 de mayo de 1905, del San Sebastián Recreation Club, concebido el 26 de agosto de 1904.

Parece un galimatías, pero si ponemos nuestra atención en las alineaciones de los distintos equipos, veremos con facilidad que hay una continuidad indudable entre ellos. Los hermanos Sena, Alfonso ‘Poto’, Miguel y Gregorio, los Minondo, Arrillaga, Berraondo, Gaytán de Aya, Echevarría… están ya en las alineaciones del San Sebastián Recreation Club, y se mantienen en las de los primeros años de la Real Sociedad. Casi podríamos decir que se trata del mismo equipo con distintos nombres.

Con menos argumentos deportivos, hay clubes que han anticipado su fecha de nacimiento. La nuestra podría ser el 26 de agosto de 1904. Porque cuando hablamos de nacimiento de la Real Sociedad, no nos referimos al día de su inscripción en el registro, ni a su fecha de bautismo, sino al momento del parto.

Resulta también interesante conocer, además del feliz alumbramiento, el tiempo de gestación, porque nada surge de la nada, un buen día, de la noche a la mañana, como iremos viendo en sucesivos artículos.