Tiempo de lectura: 4minutos1928. Trino, Arrillaga, Cholín, Luis Pradera (Presidente), Martín Marculeta, Kiriki, Izaguirre, Paco Bienzobas, Ignacio Otaño (Directivo). Agachados: Amadeo, Mariscal, Yurrita y Txomin Zaldúa.
El Barcelona había ganado a la Real Sociedad 4 a 1 en el campo de Les Corts, de la ciudad condal, y así titulaba la crónica del partido El Mundo Deportivo, dos días después, el 14 de febrero de 1929. Hace casi cien años, ¡un siglo!: “Un gran equipo… sin alma”.
De un tiempo a esta parte, este gran equipo nos está dando una de cal (Valencia, Girona, Sevilla, Barcelona, Ajax o Betis) y otra de arena (Rayo, Alavés, Niza, Anderlecht, Osasuna o Celta); y, cuando toca la de arena, el alma vuelve a aparecer en los titulares de los medios: “La Real gana un partido sin alma en Belgrado” (El País), ¡sin alma!, incluso ganando, o “Una Real sin alma cae en San Mamés” (Cadena SER).
Con motivo de la celebración del gol 100 de Mikel Oyarzabal, la Real Sociedad ha publicado el Top 10 de los goleadores de la historia del club.
Como todos sabemos, lo encabeza Jesús Mari Satrústegui; pero, podemos y debemos discrepar de los datos que ofrece: 162 goles, en los 374 partidos que registra su base de datos.
Porque Satrus jugó uno más, 375, en los que superó el registro oficial por dos goles, marcando 164.
Habrá quien diga: qué más da, dos más, que dos menos. Mikel Oyarzabal sabe lo que le ha costado llegar a los 100 y lo difícil que es meter uno. Como para que ahora le digan que todavía le faltan dos.
El centrocampista antxotarra Amadeo Labarta fue ejemplo de lealtad y dedicación a la Real Sociedad. Lo que ahora se ha dado en llamar un one club man. En 1952, con 257 partidos a sus espaldas, en diez temporadas, siendo tres veces internacional y, otras tres, campeón de Gipuzkoa, el club le dio cobijo en Atotxa, como cuidador, jardinero y conserje. Amadeo vivía con su familia en un pequeño piso encima de las taquillas del campo.
Con motivo del partido del Centenario de la Real Sociedad, que el equipo iba a disputar contra el Real Madrid en Anoeta, Iñaki Izquierdo entrevistó en El Diario Vasco (15-08-2009) al mítico Alfredo Di Stéfano, entonces presidente de honor del equipo blanco y Tambor de Oro donostiarra.
Al pedirle si recordaba alguna anécdota de sus enfrentamientos con la Real, la saeta rubia le respondió rápidamente, después de pensarlo un segundo: “La Real Sociedad… era un equipo bronco, difícil. Jugábamos en el otro campo, en Atotxa. Lo que más recuerdo, el más importante en su táctica, era el mayordomo, el hombre que cuidaba el campo. ¿Cómo se llamaba? ¡El tuerto! (se refería a Amadeo Labarta, que había perdido un ojo en la Guerra Civil). Era el mejor, ¡cómo regaba el campo! Inundaba el césped en las partes que pensaba que más nos podía perjudicar a nosotros, en el centro, por las bandas, para que nosotros nos quedásemos varados”.
Es sorprendente el juego que puede dar la historia, en este caso de la Real Sociedad. Hoy os propongo un paseo por Donosti, recorriendo las nueve sedes desde las que el club ha dirigido el rumbo txuriurdin.
Como no hay mejor manera de empezar que por el principio, vamos a remontarnos hasta comienzos del siglo pasado, iniciando el recorrido en la esquina de la Avenida de la Libertad con el Paseo de los Fueros.
Como he escrito en otro momento, la Real Sociedad nació, oficialmente, con un pan debajo del brazo: el título de Copa conseguido por el Ciclista Foot-Ball Club el 8 de abril de 1909, hace ya 115 años, que le permitió ser uno de los diez clubes fundadores de La Liga veinte años después, el 10 de febrero de 1929.
“Sería conveniente –nos dicen– que tanto aficionados como club –al igual que con el título de Copa de 1909– hiciéramos nuestro este escudo, incorporándolo a nuestro relato y a la historia de la Real.”
De todos es conocida la pereza, incluso el desdén, que caracteriza a la Real Sociedad por estos asuntos, que se inscribe en una tendencia más general, poco dada a escribir y conocer su historia.
Así que, no pudiendo esperar nada del club, seamos los realzales quienes tiremos del carro. Yo, desde luego, lo incorporo a mi relato con 21.316 puntadas, que son historia viva de la Real Sociedad.
La Real Sociedad ha tenido varios nombres a lo largo de su historia y Donostia Foot-ball Club es el que adoptó en los tiempos republicanos, desde 1931 hasta 1940, ya finalizada la guerra civil.
Tiempo de lectura: 3minutosJuantegui, Urbina, Matías, Olaizola, Yurrita, Trino, Eizaguirre. Sentados: Galatas, Beguiristain, Benito Díaz y Galdós
Ante el Valencia, la Real ha recuperado la senda del gol y lo ha hecho por partida triple. La historia, que a veces es caprichosa, nos cuenta que hace casi casi cien años, el equipo de la ciudad del Turia encajó otros tres, aunque en dos partidos.
Los números son crueles, fríos. No entienden de metáforas y sentimientos; y cuando no salen, surgen las dudas y hasta las condenas.
Tras la séptima jornada, los más impacientes ya están colgando de la soga a Imanol y a Olabe. Incluso acabo de leer que Oyarzabal ni está, ni se le espera.
Tiempo de lectura: 6minutosTemporada 1943-44. Patri, Tellería, Galarraga, Mancisidor, Santi, Fernando Terán I; agachados: Ontoria, Pedrín, Arbiza, Mariano Terán II y Pérez (Atotxa 10-10-1943, Real Sociedad, 1; Barcelona, 1)
Marcial Arbiza es un perfecto desconocido, incluso para la familia txuriurdin. Nació en Urnieta el 8 de julio de 1914 y empezó a romper alpargatas en el Colegio de San Bernardo-La Salle de Donosti, entre un puñado de chavales que, en unos años, serían buenos futbolistas: Ignacio Goyeneche, que jugó en la Real (1932-35) y el Valencia (1943-45); Peña Iriarte ‘Peñita’, en la Real (1931-33) y Atlético de Madrid (1934-36); y Félix Daguerresar, en la Real (1935-40).
Tiempo de lectura: < 1minutoReal Sociedad. Temporada 2023-24
Dos jugadores fundamentales en las alineaciones de la Real ya no saldrán en la foto esta temporada. Son bajas muy importantes. Sin embargo, el club ha incorporado a la plantilla cinco nuevos valores para reforzar el equipo.
Cerrado el mercado de verano, este es el primer balance de altas y bajas para la temporada 2024-25. Económicamente, el saldo es positivo. Vamos a ver si deportivamente también.