Percepción que no ayuda

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Los medios destacan habitualmente la falta de gol como fuente de los males que aquejan a la Real Sociedad. Se trataría de un problema que venimos arrastrando desde hace un tiempo y que se ha hecho carne esta temporada 2024-25, dejándonos lejos de los puestos que dan acceso a las competiciones europeas. Hasta Sergio Francisco ha situado esta falta de gol como un tema central, en el que está trabajando con su staff de cara al próximo curso. Creo que es algo que se percibe con carácter general.

Pero los números no entienden de percepciones y nos dicen que igual esta sensación está ocultando un problema mayor.

Estos son los datos de los seis años y medio de la era Imanol.

Si comparamos los números de esta temporada (24-25) con los de la pasada, que hicieron posible la clasificación del equipo en puesto de Europa League (6º), con 60 puntos, veremos que, en esta, la Real ha ganado el mismo número de partidos (24), manteniendo el promedio de victorias de la era Imanol (24,2) y ha metido más goles (74) que la temporada anterior (67), por encima incluso del promedio de los últimos seis años (71,0). Es cierto que se han jugado cuatro partidos más, pero, aun así, el promedio de goles a favor por partido sigue siendo mejor: 1,298 contra 1,264.

Realmente, ¿es la falta de gol la causante de esta crisis?
Entonces… ¿dónde ha estado el problema?

Aunque, efectivamente, conviene mejorar la efectividad goleadora, los datos nos dicen de manera nítida, alto y claro, que en la defensa. La Real ha perdido 23 partidos, casi el doble que la temporada anterior (12), muy por encima del promedio de derrotas de estos seis años (14,5); y ha encajado la friolera de 69 goles, 22 más que en la temporada anterior, muy por encima del promedio de goles en contra (52,3) de estos seis años. Además, el porcentaje de derrotas se ha disparado hasta el 40,4% contra el 22,6% anterior, pasando el promedio de goles en contra por partido de 0,887 a 1,211 esta temporada.

Así que ojo con las percepciones, no vaya a ser que los árboles no nos dejen ver el bosque.

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