Esnaola-Iribar, duelo de titanes

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Con 16 años, José Ramón Esnaola Larburu (Andoain, 30-06-1946), ya formaba parte de la selección juvenil de Gipuzkoa y del equipo de su localidad natal, la S.D. Euskalduna.

En 1965, con 19, ficha por la Real Sociedad, como suplente de Adolfo Arriaga. Esnaola jugó 17 partidos esa temporada, a las órdenes del entrenador Galarraga. La siguiente la pasa en blanco por estar cumpliendo el servicio militar en los cuarteles de Loyola.

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¡Franco, cabrón!

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Angel Franco Martínez, Franco hasta 1970, Franco Martínez a partir de entonces, Martínez en Europa

Perdón a los más sensibles y a los malpensados; pero, como vamos a ver, el título no es gratuito.

En todo el mundo se ha conocido y se conoce a los árbitros por su nombre y apellido o solo por el apellido: Pierluigi Collina (Italia), Sándor Puhl (Hungría), Horacio Elizondo (Argentina), Howard Webb (Inglaterra) y Markus Merk (Alemania) son buenos botones de muestra.

En la Liga española también fue así desde tiempo inmemorial, incluso los trencillas eran conocidos sólo por el apellido: Escartín, Melcón, Lacambra, Asensi, Plaza, Gardeazabal, Birigay, Urrestarazu, Zariquiegui, Oliva, Bueno… eso sí, con el señor por delante: arbitrará el señor Gardeazabal, del Colegio Vizcaíno.

Pero a finales de los sesenta llegó al arbitraje Ángel Franco Martínez y esto lo cambió todo.

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Txuriurdinak vs. blanquiazules

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La camiseta actúa como un símbolo que aglutina a todos aquellos que la llevan o que, sin llevarla, la sienten como propia, y los define como miembros de un mismo grupo, aseguran Albert Juncá y Eduard Inglés. Contribuye a formar lo que Benedict Anderson denominó “comunidades de sentimiento”. Sin embargo, cuando los colores de los dos equipos coinciden suele ocasionar complicaciones al comienzo de los partidos.

En este sentido, la crónica de los duelos ligueros entre la Real Sociedad y el Espanyol, próximo a disputarse el número 149 de su particular historia, tiene dos anécdotas curiosas, que en realidad son la misma, pero de ida y vuelta, solo que con casi medio siglo de diferencia entre ambas. Dos incidencias que hacen que dos de esos encuentros estén entre los más peculiares de la historia del club.

En la foto que abre esta entrada, vemos al equipo del Español, que así se llamaba entonces, antes de empezar el partido que jugó en Atotxa el 6-04-1952. Si nos fijamos en las camisetas, veremos que todos los jugadores, menos el portero, tienen el escudo de la Real. El navarro Daniel Zariquiegui Izco, árbitro del encuentro, no permitió a los periquitos vestir su indumentaria habitual y tuvieron que jugar con camisetas de la Real.

Fue una tarde lluviosa y de escaso fútbol. El campo se llenó, porque la Real necesitaba ganar el encuentro para asegurar la permanencia antes de finalizar la temporada 1951-52. Y lo consiguió, con un 3-0.

Ficha del partido

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Aunque, seguramente, nadie se acordaba de lo sucedido en Atotxa aquella tarde lluviosa de 1952, casi medio siglo después, el 1-10-2000, se jugaba el partido de vuelta. Para evitar problemas por los colores de las camisetas, la Real se presentó en Montjuic con su segunda equipación, de un color gris oscuro con detalles blancos. En esta ocasión fue el árbitro del colegio andaluz, Luis Medina Cantalejo, actual presidente del Comité Técnico de Árbitros, quien consideró que seguía pareciéndose mucho al clásico uniforme blanquiazul del Espanyol.

Inhabilitadas las dos equipaciones de la Real Sociedad, la solución pasaba por que los jugadores del Espanyol vistieran con su segunda, algo que el club perico se negó a hacer en su estadio. Finalmente, se optó por uniformar a los donostiarras con la segunda equipación usada por el Espanyol la temporada anterior.

Así, vemos en la foto a los jugadores de la Real, menos al portero, Asper, luciendo una camiseta roja con el escudo del Espanyol, junto a la tradicional publicidad de Conservas Dani, que durante tantos años patrocinó al club.

Otra vez dos equipos en el campo compartiendo escudo, esta vez el del Espanyol.

Ficha del partido

Y para que el revival fuera completo, también apareció la lluvia, esta vez de manera torrencial. Una fuerte tromba de agua, de más de media hora, inundó el césped y Medina Cantalejo suspendió el partido antes de iniciarse la segunda parte.

La Real controlaba el encuentro, tanto en el luminoso como en el terreno de juego, pero sus opciones de lograr los primeros tres puntos de la temporada 2000-2001 quedaban en el aire.

Cuando se reanudó el partido, el 18 de octubre, Javier Clemente hizo tres cambios en la alineación. Salieron del once titular Corino, Khokhlov y Jankauskas, entraron Gurrutxaga, Igor Jauregi y Miguel Fuentes y la Real supo mantener el resultado.

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¿Y con qué camiseta jugaron la reanudación? Con una tercera equipación que diseñó Astore para la ocasión. Una elástica que, aunque los fabricantes aseguraron que era verde, todos la veían azul.

Para concluir esta peculiar relación entre la Real Sociedad y el Espanyol, podemos decir que Amiano, Zubillaga, Moha, Diego Reyes y Tamudo han vestido la camiseta de ambos equipos, cuando cada equipo era el suyo; y que 24 jugadores de ambos equipos han jugado con la camiseta y el escudo del equipo contrario.

Nadie quiere irse

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Han vuelto los tiempos de vino y rosas para la Real Sociedad. Terceros en la clasificación liguera, ¡en puestos de Champions!; cuartos en la Copa del Rey; en octavos de final de la Europa League, desplegando, a menudo, un juego primoroso. El club sigue creciendo en todos los aspectos, económica, social y deportivamente, y el equipo es una máquina de ganar: 20 victorias en 27 partidos. Disfrutamos en Anoeta; hay comunión entre el equipo y la afición; 1.554 aficionados están en lista de espera para hacerse con un abono; las entradas se han agotado por sexta vez en esta temporada y el renovado estadio se convierte en una olla a presión, batiendo récords de asistencia.

El presidente, ha sido reelegido por aclamación hasta 2027, para un cuarto mandato. Imanol ha renovado hasta 2025 y Roberto Olabe, el arquitecto, hasta 2026, rechazando ofertas como la del Aston Villa de Emery. Un triunvirato presto para apuntalar el futuro del club. Martín Zubimendi, en la agenda del Barcelona, ha renovado hasta 2027 y, mientras la dirección negocia con Merino su renovación, el conde también ha dado calabazas al club de Birmingham, que le ofrecía mejorar notablemente su ficha. Y para cerrar este círculo virtuoso, los fichajes mejoran las expectativas y, sobre todo, la cantera parece inagotable. Vino y rosas. O cerveza.

Sin embargo, no veo en la piel de toro la repercusión mediática que todo esto merece y ha tenido que ser un medio inglés el que lo destaque. El periodista Ian Hawkey, uno de los invitados por LaLiga para conocer de cerca el derbi, ha publicado en The Times un artículo titulado “La Real cosecha la recompensa de ser el club del que nadie quiere salir”.

En él habla del ambiente vivido en el Reale Arena en el partido contra el Athletic. De la sana rivalidad: “las ikurriñas ondearon tanto en el sector local como en el visitante”. Del récord de asistencia batido. Del 70% de canteranos que nutren el primer equipo. De la extraordinaria fertilidad de esta tierra para cosechar entrenadores, algunos de moda en la Premier League, como Mikel Arteta, en el Arsenal; Unai Emery, en el Aston Villa; y Julen Lopetegui, en el Wolverhamton Wanderers, que “provienen de un radio de ocho millas de San Sebastián”. También menciona a Xabi Alonso, en el Bayer Leverkusen; a Jagoba Arrasate, en Osasuna; y, por supuesto, a Imanol Alguacil. Olvida, sin embargo, que de esas escasas millas también procede Andoni Iraola, vecino de Imanol, que tan buen papel está haciendo en el Rayo Vallecano.

Hawkey destaca la economía sostenible del club, la conexión con la afición y con la región; la “inusual estadía”, promedio de permanencia de los jugadores en el club, que es de siete años; y la posición en la tabla: terceros, detrás de Barcelona y Real Madrid en la clasificación de la Liga. El genial periodista, concluye afirmando que, esta temporada, “para la Real, la Champions League es un objetivo más que viable”.

No sé hasta dónde llegan sus capacidades como augur, para hacer este tipo de vaticinios, pero lo cierto y verdad es que todo esto solo se puede leer en un diario inglés: The Times.

Tarjeta blanca

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Esta fotografía, publicada por El Mundo Deportivo el lunes 12-02-1973, muestra el momento en el que el árbitro saca tarjeta a Cobos, jugador del Betis, en el Camp Nou. En una foto en blanco y negro, la tarjeta solo puede ser blanca, pero en realidad era tan blanca como los pantalones del Betis. El pie de foto critica la actuación del colegiado Medina Iglesias y la califica de irregular, “pues mientras en algunas ocasiones no vaciló en enseñar la tarjeta blanca, infracciones graves quedaron, inexplicablemente, sin sanción”, y no se trata de un error, como vamos a ver.

El uso de las tarjetas en el fútbol nació como necesidad en 1966, durante la disputa del Mundial de Inglaterra, concretamente en el partido de cuartos de final que enfrentó a los anfitriones con Argentina. Hasta entonces, los árbitros amonestaban o expulsaban a los jugadores y entrenadores verbalmente. Así lo hizo el colegiado Rudolf Kreitlein cuando amonestó a Bobby y Jack Charlton, pero parece que nadie se percató de ello, ni en el campo ni en las gradas, lo que provocó una protesta formal por parte del seleccionador inglés al enterarse de las sanciones por medio de la prensa. Fue entonces cuando un destacado ex árbitro inglés, Keneth George Aston, propuso el uso de tarjetas, inspirado en los semáforos mientras caminaba por Kensington: color amarillo, precaución; color rojo, alto, ya no puedes seguir. Amarilla, apercibimiento; roja, expulsión.

Este sistema se utilizó por primera vez en el Mundial de México, en 1970. El soviético Kakhi Asatiani ostenta el dudoso honor de ser el primer futbolista al que se mostró una tarjeta amarilla y el chileno Carlos Caszely el primero en ver la tarjeta roja en un Mundial, además de forma directa. Después de esta Copa del Mundo, a mediados de la temporada 1970-71, todas las federaciones empezaron a aceptar la implantación del mismo en sus respectivos campeonatos. En el español, sin embargo, se comenzó a utilizar la tarjeta blanca para amonestar y la roja para expulsar.

Se han expuesto muchas teorías sobre el motivo del cambio de color amarillo por el blanco, incluso sobre su valor, pero ambas eran iguales en aplicación del reglamento: una tarjeta blanca servía como amonestación y dos cartulinas de este color, en un mismo partido, equivalían a una tarjeta roja. Así lo comunicó la Federación Española de Fútbol el 15 de enero de 1971, atendiendo a las peticiones de los árbitros.

Nueve días después, el 24 de enero de 1971, en la disputa de la jornada 19 del campeonato de Liga, un futbolista fue amonestado con la primera tarjeta blanca en Primera División. Fue en el campo de Sarrià, en el partido que enfrentaba al Español y el Sporting de Gijón. El colegiado Balaguer García lo hizo para amonestar a Enrique Castro “Quini”, por las continuas protestas del “Brujo” al trío arbitral. ”Quini” estrenó pues el tarjetero en la Liga española, en la que fue su primera temporada en Primera División, con sólo 21 años. Esta fue, además, la primera amonestación, tanto verbal como mediante tarjeta, de las 14 que recibió el “Brujo” a lo largo de sus 19 temporadas en activo.

Pero por qué el color blanco, cuando todo el fútbol mundial utilizaba el amarillo. Quien fuera secretario general de la Federación Española de Fútbol argumentó que como no pudieron acudir al Mundial de México, tuvieron que seguir el torneo por televisión. En 1970, la mayoría de los televisores todavía eran en blanco y negro y el de su casa no era una excepción, por lo que así fue como vio los colores de las tarjetas desde su domicilio, tomando por equivocación el amarillo como blanco. Este fue, al parecer el motivo por el que se implantaron las cartulinas blancas por decisión del organismo federativo a partir de entonces. Lo que no resulta explicable es por qué no convirtieron la roja en negra.

La Federación Española no podía mantener este criterio contra el mundo y en el verano de 1976, cinco años después de su implantación, decidió adoptar la normativa internacional y por fin llegaron las tarjetas amarillas al fútbol español. En septiembre de aquel mismo año, el presidente del Comité Nacional de Árbitros de España, José Plaza, anunció este cambio para las competiciones españolas, siendo la temporada 1976-77 la primera en la que se sacaron tarjetas amarillas en el fútbol español y el primer futbolista que recibió esta sanción fue Diego, el jugador de la Real Sociedad, nuestro Diego, el 4 de septiembre de 1976, en el partido inaugural de la temporada frente al Real Zaragoza, a los 12 minutos de juego, “por violencia”.

Desde hace una semana, la tarjeta blanca vuelve a los campos de fútbol para ‘premiar’ a los protagonistas del juego limpio, aunque de momento solo en Portugal. La colegiada Catarina Branco ha sido la primera en mostrar esta tarjeta en el partido de Copa que enfrentaba a los equipos femeninos de Benfica y Sporting de Lisboa, en el Estadio da Luz. El 21 de enero, Branco enseñó la tarjeta blanca a los servicios médicos de ambos equipos por su rápida intervención para atender a un espectador que se había desvanecido en la grada.

La tarjeta blanca ha sido presentada como una medida para “mejorar el valor ético en el deporte”. Para fomentar y reconocer el ‘fair play’ en el fútbol.